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 miércoles, 30 de julio de 2003

Charlas en el Café del Bajo

-¡Qué desamorados son estos trabajadores municipales de la ciudad de Rosario, mi querido Candi! ¡Estos tipos no quieren a los rosarinos!

-¡Pero Inocencio! ¡Cómo va a decir semejante cosa!

-¡Ah! Como para no decirlas. No ha visto usted que por culpa de estos trabajadores municipales el señor intendente no puede hacer obras, no puede realizar tareas de mantenimiento, de bacheo, etcétera.

-Vamos, Inocencio, deje el sarcasmo de una vez.

-¿Sarcasmo? De ninguna manera mi querido amigo, lo ha dicho el señor Hermes: la Municipalidad no puede hacer obras públicas porque tendrá que aumentar los haberes a los trabajadores municipales. ¡Qué impertinencia la de estos obreros: pedir aumento de sueldo! ¡Habrase visto! Y más impertinencia aun solicitarlo a costa de las obras para la ciudad.

-Así que Hermes dijo que se paralizarán las obras (¿comenzaron alguna vez?) porque el dinero destinado a ellas se utilizará para el aumento de sueldo a los municipales ¡Hummmmmmm! No sé por qué me suena a macana. Je, je, je, je.

-¿Usted también lo toma a broma esto, no?

-Y como quiere que lo tome. Mejor tomarlo para la chacota, Inocencio, si no nos tenemos que poner a llorar. Fíjese usted la pueril, absurda, disparatada excusa puesta por el intendente de la ciudad, candidato a gobernador de la provincia, para justificar la inacción, inoperancia, ineficiente e ineficaz acción de gobierno ¡No se puede creer!

-Ahora hago la siguiente reflexión (¡ejem!): el intendente dice que no podrán realizarse obras porque se dio aumento a los trabajadores ¿Verdad?

-Ciertamente.

-Lo que quiere decir que el dinero destinado para las obras fue utilizado o lo será, según dice, (según dice, lo remarco) para el pago de haberes. ¿No es así?

-Así debería ser. Espere..., un momento...., ¿usted no estará pensando que...?

-Efectivamente, sí señor. Si tal cosa sucede, si se utilizan partidas presupuestarias asignadas a determinada cuestión para otra. ¿Eso no es malversación de caudales públicos?

-¡Un fiscal por aquí, por favor!

-La cosa está clara: no se hacen obras porque habrá aumento a los trabajadores. Traducido significa que las partidas asignadas a obras se reasignarán al pago de haberes. Ergo, hay malversación de fondos.

-Bueno, pero usted sabe que no es así. Primero porque las obras no se hacen, pero no por el pago a los trabajadores. ¿Cuántos meses hace que desde estas charlas venimos diciendo que las calles de Rosario están llenas de pozos? ¿No hubo tiempo ni dinero para arreglar una parte al menos? Que yo sepa hace seis meses nadie hablaba de aumentos salariales. Y por otro lado cualquier modificación de las partidas pasará antes por el Concejo Municipal, desde luego, con lo cual la malversación de fondos no es más que una figura nuestra para ejemplificar las contradicciones del gobierno municipal.

-Bueno, pero ahora se vienen las elecciones. ¡Qué lindo poder elegir algo mejor!.

-"Mejor Muniagurria". ¡Qué eslogan, eh! "Poder de gestión". ¡Ahhh! Pero me parece que en ese "power" de Lifschitz se agotaron las pilas.

-Los muchachos pensantes agotaron sus neuronas, mas al fin sacaron del laboratorio publicitario frases contundentes, persuasivas, impactantes, que calan en el inconsciente social haciendo conmover la voluntad e incitando al ciudadano a sufragar por el circunspecto hombre de los lentes y la barbilla intelectual o por el caribueno socialista.

-¡Qué exquisitez creativa! ¡Qué fruto de mentes sublimes! ¡Qué tapiz intelectual tejido con las hebras más finas y las agujas más delicadas!: "Mejor Muniagurria". ¡Aaaah! "Poder de Gestión". ¡Ooooh! ¿Qué excelsa musa se habrá posado en los neurotransmisores de los hemisferios creativos de los que hicieron las frases?

-Mejor, vayamos Inocencio, antes de que nos saquen a patadas del bar.

-Yo tengo uno bueno, Candi ¿Qué le parece este?: el Candi...dato. ¡Si total...!

-¡Grrrrrr!

Candi II



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