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sábado,
01 de
diciembre de
2007 |
Mató al vecino con un tiro en la nuca por una venganza
Fue en Alem al 4000. El asesino es un reo que gozaba de libertad asistida. Su víctima, un ex convicto
“Mirá como te enganché”. Eso fue lo último que escuchó en su vida Pablo Daniel González y fue de labios de su ejecutor. Fue ayer, a la 0.30, cuando el muchacho de 24 años estaba por entrar a su casa en uno de los pasillos que se abren en Alem al 4000. Un segundo más tarde, le dispararon con una escopeta de caño recortado. El disparo fue de tan corta distancia que el taco del cartucho se incrustó en la nuca de la víctima. Si bien fue auxiliado por sus familiares, cuando el joven llegó al Hospital de Emergencias ya estaba muerto. Casi en paralelo, a dos cuadras del lugar del ataque, la policía detuvo a un convicto de 29 años, que gozaba del beneficio de la libertad asistida, como el autor del homicidio.
“Queremos pedirle al gobierno que se va y al que entra que hagan algo porque en este barrio ya no se puede vivir más. Los pibes andan con fierros y en las paredes de todas las casas hay impactos de bala. Es de locos. Son capaces de matarte para robarte una gaseosa”. El relato es de José, de 37 años y uno de los cuatro hermanos del pibe asesinado.
Hace 30 años que José vive en uno de los pasillos de Alem entre Doctor Riva y Centeno. “A mi hermano lo mató este tal Nicola. No lo dejó ni darse vuelta, casi que le apoyó el caño de la escopeta en la nuca y le disparó”, explicó. “Yo estaba en mi casa tranquilo porque mis hijos ya estaban durmiendo y pensé que mi hermano ya se había acostado. Cuando me avisaron no lo podía creer”, explicó.
Barrio en venta. La leyenda que más puede leerse en Alem al 4000 es: “En venta”. Esa oferta de viviendas está a cada paso, sobre la vereda y en los pasillos. En la mano de los impares, frente a una imponente antena de telefonía móvil, se abren dos pasillos que tienen una diferencia fundamental: sólo el que está a la derecha se comunica con calle Ayacucho.
Los González se reparten entre los dos caminos. José vive en el de la izquierda y Pablo, junto a otra de sus hermanas, en el de la derecha. La frontera entre ambos pasadizos es un enorme cartel rojo y negro que denota que ahí la lepra es la que manda. Y si algo le faltaba a una geografía compleja de por sí, el tránsito por Alem está cortado hace varios días por obras en la mitad de la calle.
Relato de lo común. “Pablo estaba sentado. Charlaba con mi tío cuando se iba para la casa. Y ahí apareció Nicola y le apagó un tiro en la cabeza”. Ese relato sobresalió de la boca de una nena de 12 años que no se cansaba de contar lo que había pasado en su pasillo como si fuera un cuento de su edad.
El 31 de diciembre próximo Pablo iba a cumplir 25 años. Ayer, en la casa de su hermano, esperaban una señal desde el Instituto Médico Legal para retirar su cuerpo y poder velarlo.
Eran la 0.30 cuando Pablo tomó por el pasillo que lo llevaba a su humilde casa. “González iba caminando y cuando estaba a punto de entrar en su casa, Nicola le disparó desde atrás con una escopeta de caño recortado. Los perdigones le impactaron en el costado izquierdo de la nuca y fue asistido por sus familiares. Hay testigos que dicen que Nicola andaba caminando con el arma al costado”, explicó una fuente policial.
“Cuando me avisaron quise ir para el otro pasillo, pero vi que a mi hermano lo llevaban a la rastra hacia la esquina. Lo llevamos al Heca pero ya no se pudo hacer nada”, recordó José. Y agregó: “La verdad es que no sabemos porqué este tipo le disparó a mi hermano”.
Coincidencias. Víctima y victimario tenían un par de cosas en común: antecedentes penales y la casa en el mismo barrio. “Mi hermano no tenía problemas con Nicola. Pero él si los tenía con dos amigos de mi hermano. Una vez Nicola lo cruzó y le dijo: «Andá, traidor». Y mi hermano le explicó que él elegía a sus amigos”, contó José.
Los pesquisas hurgan ahora en el pasado delictivo de los muchachos, algo que haya encendido la chispa que terminó con el mortal ataque. “Esto es un vuelto por algo. Ahora hay que saber porqué”, dijeron.
Pablo tenía en su prontuario media docena de antecedentes: tres como menor, en 1999, y otros tantos como mayor: en 2002 y 2006. Y, según fuentes tribunalicias, estaba prófugo del juzgado de Sentencia 2 desde 2006.
Nicola es Nicolás Alvarez. Tiene 29 años y nueve antecedentes policiales desde 1997. Fue condenado a 4 años y 11 meses de prisión que cumplía en la Unidad 3 de Zeballos y Riccheri y desde principios de 2007 gozaba del beneficio de la libertad asistida. Es decir, cada 15 días debía reportarse al Patronato de Liberados. Ayer, tras dispararle a González, Nicola corrió por el pasillo y salió a calle Ayacucho. Pero a la altura Garibaldi fue detenido por efectivos del Comando Radioeléctrico y la seccional 16ª. Ahora deberá darle explicaciones al juez de Instrucción Osvaldo Barbero.
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Fotos
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Los familiares de Pablo González en el momento en que la TV mostraba la foto del joven asesinado.
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