|
sábado,
01 de
diciembre de
2007 |
Betancourt dijo en una carta sentirse "muerta en vida"
Bogotá- Sentirse muerta en vida, dormir en cualquier hueco en una selva donde la única respuesta que obtiene a lo que pida es “no” son parte de las vivencias que la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por las Farc hace cinco años, narra a su madre en una carta cuyos apartes fueron revelados hoy.
El diario El Tiempo publicó extractos de la misiva escrita a mano en hojas blancas y en letra pequeña que la ex candidata presidencial colombo-francesa le dirigió a su madre Yolanda Pulecio con fecha del 24 de octubre.
Fue una de las siete cartas y cinco videos que el ejército y la fiscalía decomisaron el jueves por la tarde en Bogotá a tres supuestos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que constituyeron las primeras pruebas de supervivencia que se tienen en años de 16 de los cientos de rehenes en manos de los rebeldes.
La ex candidata recuerda a sus dos hijos Melani y Lorenzo, les recomienda que estudien y terminen sus doctorados y que desde agosto, cuando fue separada de otros rehenes, vive como la única mujer rodeada de secuestrados hombres y que trata de hablar lo menos posible “para evitar problemas”.
Dijo que sus captores le pedían “pruebas de supervivencia a quemarropa”, dejando entrever que escribía de prisa. “Mamita, ay vinieron por las cartas. No voy a alcanzar a escribir todo lo que quisiera”.
Agradece las gestiones del presidente de Venezuela Hugo Chávez y de la senadora colombiana Piedad Córdoba, que desde agosto hasta la semana pasada hicieron gestiones antes las Farc para lograr un canje de secuestrados por rebeldes en prisión. Bogotá canceló esas negociaciones porque dijo que el venezolano desoyó recomendaciones del gobierno del presidente Alvaro Uribe para que no se comunicará directamente con mandos castrenses colombianos.
“No tengo ganas de nada porque aquí en esta selva la única respuesta a todo es 'no'... la vida aquí no es vida, es un desperdicio lúgubre de tiempo... no he vuelto a comer, el apetito se me bloqueó, el pelo se me cae en grandes cantidades”, dijo en su carta Betancourt, secuestrada en febrero del 2002 en un sector de San Vicente del Caguán, un región de influencia rebelde al sur del país.
Sobrevivo “en una hamaca tendida entre dos palos, cubierta con un mosquitero y con una carpa encima que oficia de techo, con la cual puedo pensar que tengo casa. Tengo una repisa donde mi equipo, es decir el morral con la ropa y la Biblia que es mi único lujo. Todo listo para salir corriendo. Aquí nada es propio, nada dura, la incertidumbre y la precariedad son la única constante”, agregó.
“En cualquier momento dan la orden de empacar y duermo en cualquier hueco, tendida en cualquier sitio, como cualquier animal... las marchas son un calvario porque mi equipo es muy pesado y no puedo con él...todo es estresante”, indicó la mujer que cumplirá 46 años el 25 de diciembre.
Al comienzo del cautiverio “disfrutaba cada baño en el río. Como la única mujer del grupo, me toca (ahora bañarme) prácticamente vestida: shorts, brasier, camiseta, botas (de plástico negro). Antes me gustaba nadar en el río, hoy ni siquiera tengo alientos para eso. Estoy débil, friolenta, parezco gato acercándose al agua. Yo que tanto he adorado el agua, ni me reconozco”, dijo.
“Trato de guardar silencio, hablo lo menos posible para evitar problemas. La presencia de una mujer en medio de tantos prisioneros que llevan ocho y 10 años cautivos es un problema”, expuso.
“En las requisas le quitan a uno lo que más quiere. Una carta que me llegó tuya me la quitaron después de la última prueba de supervivencia en el 2003”, dijo Betancourt, refiriéndose a la última vez que se le había visto en un video en su cautiverio.
Ahora apareció sentada en un banco artesanal de madera en medio de la espesa selva, vestida con una camisa clara vieja sin mangas y pantalones verdes viejos, con las manos juntas y la cabeza baja, no habla ni mira a la cámara, el pelo largo hasta la cintura y el rostro enflaquecido, pálido y con surcos a ambos lados de la boca.
“Es mejor, entonces, no querer nada para quedar libre al menos de deseos. Hace tres años estoy pidiendo un diccionario enciclopédico para leer algo”, aseguró la ex candidata.
En los días de los cumpleaños de sus hijos y “les canto el 'happy birthday'. Solicito que me permitan hacer una torta. Pero desde hace tres años siempre que pido la respuesta es no. Igual, si traen una galleta o una sopa, cualquier arroz y frijol que es lo usual, con eso hago de cuenta que es una torta y les celebro en mi corazón su cumpleaños”.
Lo que viven “está lleno de incógnitas, pero la historia tiene sus propios tiempos de maduración y el presidente (francés Nicolás) Sarkozy está parado en el meridiano de la historia, con el presidente Chávez, el presidente (de Estados Unidos, George W.) Bush y la solidaridad de todo el continente podríamos presenciar un milagro”, expresó.
“Durante muchos años he pensado que mientras viva, mientras siga respirando, tengo que seguir albergando la esperanza... (pero) ya no tengo las misma fuerzas”, dijo. (AP)
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
La ex candidata a presidenta de Colombia, Ingrid Betancourt, secuestrada por las Farc desde hace cinco años.
|
|
|