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sábado,
01 de
diciembre de
2007 |
Felicidad en medio del drama
Bogotá. — Los familiares de 16 de los 49 rehenes secuestrados recibieron con sentimientos de alegría y de dolor las pruebas de supervivencia de sus seres queridos. “Es un sentimiento muy encontrado, mucha ilusión naturalmente porque yo sabía que estaba viva. Es mucho dolor verla así, es lo que más me duele, como está de flaquita y estaba como con cadenas”, dijo en medio del llanto Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt.
Un grupo de familiares se reunió frente a la sede de la Fiscalía para pedir las pruebas incautadas, entre ellos el esposo de Betancourt, Juan Carlos Lecompte, quien expresó pesar por lo triste que vio a la política franco-colombiana. “Yo a Ingrid la vi muy triste y muy delgada. Quedé muy preocupado por su estado de salud. Ellos están físicamente pudriéndose en la selva”, precisó Lecompte.
Entre algunos de los familiares, la alegría privó sobre la tristeza por el sólo hecho de saber que están vivos. “Estoy feliz porque por primera vez logramos ver a Luis en un video, porque está vivo. Feliz porque tiene una voluntad que la demuestra en su actitud. Está parado frente a la cámara, con su cabeza agachada, no quiso mostrar su rostro. El grito que quiere lanzar es no me utilicen más”, expresó Angela de Pérez, esposa del ex congresista Luis Eladio Pérez.
“Libre y vivo”. Para Erika Manrique, esposa del sargento José Ricardo Marulanda, la prueba del suboficial secuestrado desde hace más de nueve años revive la esperanza de volverlo a ver libre y vivo. “Una prueba de vida para un familiar de secuestrado es como si nos lo devolvieran en esas cartas y en ese video”, dijo Manrique, quien no recibía noticias de su esposo desde hace cuatro años.
Otros, que no recibieron pruebas de vida de sus familiares, abrigaron esperanzas de que se reactiven los esfuerzos para lograr un acuerdo humanitario con las Farc. La guerrilla tiene en su poder a unos 750 secuestrados.
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