Consternación en el velatorio

Carlos Walter Barbarich / La Capital

Venado Tuerto.— Desconcierto y desconsuelo reinaba ayer en el flamante edificio del Sindicato de Camioneros de esta ciudad. Allí velaban los restos del titular del gremio en la provincia, Abel Beroiz, quien será sepultado a las 11 de hoy en el cementerio municipal en presencia del titular de la CGT nacional y máximo dirigente del gremio camionero, Hugo Moyano.

   Beroiz era el segundo de 11 hermanos. Fanático de Boca y peronista de cuna, había nacido en la localidad de Aaron Castellanos aunque la mayoría de su vida la pasó en Venado Tuerto. En los últimos años residía en Buenos Aires ya que era tesorero del gremio a nivel nacional. Pero nunca olvidó sus raíces.

   De origen humilde, trabajó 30 años como camionero en una empresa de esta ciudad y muchos aún recuerdan cómo defendía el derecho de los choferes. “Era un hombre de poco hablar, parco”, aseguró Mercedes, una de sus hermanas.



Elogios y recuerdos. “Era una persona sumamente buena y generosa, por eso no entendemos tanta saña para matarlo”, dijo Mercedes y agregó: “Nunca nos dijo ni hizo referencia a alguna amenaza. Estamos destrozados y no sabemos qué pensar. Esto es muy extraño”.

   Abel tuvo tres hijos. Silvia, Sandra y Abel, quien trabajaba con él en el gremio provincial.

   Una rigurosa guardia, por pedido de la familia, impidió a la prensa ingresar con cámaras o máquinas fotográficas a la sala velatoria. Afuera, decenas de personas esperaban el momento de ingresar al lugar poblado de amigos y sindicalistas de la provincia. Néstor Ferraza, de los empleados municipales de Rosario, se hizo presente al igual que el titular de Transportadores Rurales Argentinos (TRA), Carlos Di Nunzio, entre otros.

   Visiblemente acongojado, el titular del sindicato de Camioneros de Venado Tuerto, Juan Chulich, reconoció que Beroiz era “como un padre. Una persona sumamente trabajadora que siempre buscaba el bien común y fundamentalmente el de la gente de su gremio”.