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jueves,
29 de
noviembre de
2007 |
La foto que pudo marcarles el blanco a los agresores
Leo Graciarena / La Capital
Una carpeta de cartulina con un recorte de diario en su interior, en el que podía verse la foto del dirigente camionero Abel Beroiz, fue secuestrada por la policía de la playa de estacionamiento del Automóvil Club Argentino poco después de que el gremialista fuera mortalmente baleado el martes. Para los pesquisas, este es uno de los elementos recogidos en la escena del crimen del líder camionero santafesino que fortalece la hipótesis del crimen por encargo.
En el lugar también fueron recogidos varios restos de proyectil, un puñal corvo de 20 centímetros de hoja y el reloj pulsera de uno de los agresores.
Los investigadores de la policía rosarina analizan variadas hipótesis, pero hacen prevalecer la del homicidio cometido por personas contratadas, lo que parece reforzado por el hallazgo del recorte con la foto de la víctima: habría servido para que los asesinos identificaran a su objetivo.
Un acto brutal. La autopsia realizada en el Instituto Médico Legal reveló la fiereza con la que fue asesinado el dirigente de 71 años. El dato nuevo que brindó el estudio es que las puñaladas no fueron cinco, las más visibles superficialmente, sino innumerables. “El páncreas era el único órgano vital que no tenía lesionado. Tenía tres heridas de bala en el tórax y un número incontable de heridas de arma blanca en el abdomen. Estaban tan cerca unas de otras, que no se podían contar. Además se pudo extraer del cuerpo un plomo que fue enviado a peritaje para conocer el calibre”, según precisó una fuente tribunalicia.
Otro de los puntos bajo análisis es si alguien llamó el martes por la mañana a Beroiz para que apurara su salida del hotel Plaza, ubicado en la cortada Barón de Mauá, a pocos metros del estacionamiento del ACA.
“Era una persona metódica, que jamás dejaba el hotel sin desayunar y el martes salió sin hacerlo, como si llegara tarde a la cita con una persona”, confió un vocero.
Otra de las cosas que resaltaron las fuentes policiales consultadas es que el homicidio no tiene nada que ver con un episodio en ocasión de robo.
Pistola y silenciador. Mencionaron, como eventual precedente, que “dos meses atrás, en inmediaciones de la plaza Montenegro, fueron detenidas tres personas con una pistola calibre 9 milímetros con silenciador. En su momento no se pudo determinar qué hacían estos muchachos con un arma de guerra en pleno centro. Hoy, tras el crimen de Beroiz, nada se puede descartar nada”, confió una fuente cercana a la investigación. l
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