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jueves,
29 de
noviembre de
2007 |
Un “código genético” rosarino
Darío Grandinetti, quien cada tanto se suma a proyectos de reconocidos directores rosarinos, fue categórico a la hora de contar las razones que lo llevan periódicamente a ponerse bajo las órdenes de realizadores como Héctor Molina (“Ilusión de movimiento”), Gustavo Postiglione (“La peli”) y Fito Páez (“¿De quién es el portaligas?”).
“Los códigos en común que aparecen entre ellos y yo _explicó_ , y que son los de la pertenencia al sitio. Están como en nuestro mapa genético. No sé como podría explicarlo, ni siquiera podría intentar hacer una teoría con eso. Es así que yo vuelvo a Rosario y el cuerpo se me acomoda de otra manera. No sé bien a qué responde, pero es como que de alguna manera todo entra en armonía y no hay ninguna dificultad de entendimiento entre el director y yo”.
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