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 sábado, 10 de noviembre de 2007  
Máxima tensión
“las relaciones con Uruguay están totalmente dañadas”

El gobierno argentino envió a Uruguay, a través de su embajador en Buenos Aires, Francisco Bustillo, una nota de protesta formal por la imprevista decisión de autorizar la puesta en marcha de la planta de Botnia.

En la carta entregada por el vicecanciller Roberto García Moritán al diplomático uruguayo se destaca que “la Argentina expresa su más formal y enérgica protesta ante esta decisión unilateral”, que “lesiona gravemente los derechos de la Argentina en virtud del Estatuto del Río Uruguay firmado en 1975”.

Otro de los párrafos salientes indica que “la puesta en marcha del proyecto Orión (nombre oficial de la planta de Botnia), decidida por Uruguay sin esperar la sentencia que debe pronunciar la Corte Internacional de Justicia, constituye una evidencia adicional de la conducta ilegítima de Uruguay, que se viene manifestando desde que decidió no respetar el estatuto de 1975, tratado bilateral que reglamenta un recurso fluvial compartido entre ambos países”, según la información oficial distribuida por la Cancillería.

Las oportunidades. Además se explica que la protesta argentina, firmada por el canciller Jorge Taiana y dirigida a su par uruguayo Reynaldo Gargano, puso en evidencia además la oportunidad elegida por Vázquez para autorizar la puesta en marcha de la planta finlandesa.

Cuestionó que el aval se haya conocido en medio de la Cumbre y en momentos “en que continuaban los esfuerzos de Su Majestad el Rey Juan Carlos I y del gobierno español para facilitar el diálogo entre la Argentina y el Uruguay en la búsqueda de una solución al diferendo que los opone” frustrando y desairando de esa manera la tarea del facilitador, en particular del embajador Juan Antonio Yáñez Barnuevo.

Bustillo fue citado a las 12.30 a la sede de la cartera de Relaciones Exteriores, donde recibió la misiva de protesta con relación a la “autorización ambiental operativa concedida ayer para la puesta en marcha de la planta industrial de producción de celulosa Orión sobre el río Uruguay, objeto principal de una controversia entre Argentina y Uruguay, que se sustancia ante la Corte Internacional de Justicia”.

Más temprano, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, había tenido a su cargo la primera réplica mediática a Uruguay, luego de la actitud del presidente uruguayo Tabaré Vázquez de instruir a sus ministros para que dieran vía libre a la autorización para que Botnia comience a funcionar mientras se desarrolla la Cumbre Iberoamericana.

“No puedo entender que por las necesidades internas que tiene, el presidente Vázquez haya tenido ese gesto, que de ningún modo puedo aceptar”, lanzó el ministro. “Decididamente no es una conducta digna de un país hermano”, añadió Fernández. También aseguró que, producto de la decisión de Vázquez, la relación bilateral con Uruguay está “definitivamente dañada”.

Una noche extraña. El jueves por la noche, Vázquez y Kirchner se estrecharon en un abrazo y hasta intercambiaron sonrisas. A la hora de los discursos, y en tono conciliador, el presidente uruguayo afirmó: “Un río no puede separarnos”. Mientras pronunciaba la frase, la formalización del permiso para Botnia ya estaba en marcha en Montevideo. La decisión se conoció en Santiago recién después de medianoche, lo que despertó la ira del mandatario argentino, presente en el lugar.
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