Un lugar para la propia expresión

Raúl Gazali (*)

Yo opino. Espacio de opinión de chicos y jóvenes

En la escuela nos enseñan que la libertad de expresión es un derecho que garantiza que todo individuo tiene posibilidades de opinar y a la vez ser respetado por sus opiniones. Así, tenemos derecho a denunciar injusticias y cosas que nos parecen deben cambiar.

Sin embargo parece que no todos pueden hacer uso por igual de este derecho. Estoy cansado de ver cómo las instituciones acusan de agraviantes criticas recibidas, cada vez que deseamos dar una opinión o un pensamiento diferente al que las mismas sostienen. Pensar distinto no es agraviar.

A las escuelas no siempre se las puede criticar. A veces nos invitan a opinar y si decimos algo que no les resulta “conveniente”, no les gusta ni un poquito. Es común que cuando un alumno dice algo que no desean escuchar la respuesta que sigue sea: “Con vos fracasamos, si no te gusta te invitamos a que te busques otra escuela”. O lo más feo utilizan el “derecho de admisión”. Parece que hay que ser un ente, es decir, hay que ser lo que el sistema quiere que seamos y no pensemos.

Un claro ejemplo de esta afirmación es que cuando está en juego la palabra del docente contra la del alumno se impone la del docente.

La otra vez me enteré de una directora que se quejaba sobre un artículo publicado descalificándolo porque, según decía, expresaba “la opinión de los chicos”. Un ejemplo claro de lo que decía antes.

Muchas veces vemos cómo los periodistas son censurados, criticados, agredidos y hasta incluso llevados a la justicia por hacer su trabajo, que es el de investigar e informar a la gente. Parece que en este país decir la verdad duele y hay muchas cosas por esconder.

Deberían respetarse las opinines de todos. Pienso que en las escuelas tendrían que generarse más espacios de participación de los chicos, en donde pueden expresarse, presentar proyectos que sean tenidos en cuenta y puestos en práctica.

  

 (*)Tiene 17 años y es de Rosario.