|
sábado,
10 de
noviembre de
2007 |
El mal tiempo no logró opacar la Fiesta de las Colectividades
Un espectáculo de teatro de altura engalanó el encuentro, pese a que hubo menos público
Isolda Baraldi / La Capital
Aplausos y exclamaciones de asombro cosecharon los artistas y acróbatas que brindaron un espectáculo fabuloso de cara al río. Así, la Fiesta de las Colectividades desafió el mal tiempo, e inauguró ayer contra viento y marea. Si bien el público mermó por las amenazas climáticas entre 10 mil y 15 mil personas dijeron presente, y apreciaron extasiados la obra del grupo Andalhue de teatro y danza de altura con circo moderno. “Ganamos la primera batalla contra el tiempo y la seguiremos ganando”, bramó el secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza, rodeado de los organizadores de la XXIII edición del encuentro en Rosario. Después desfilaron las colectividades más diversas del mundo, y los fuegos artificiales más una lluvia intensa de papelitos plateados se esparció sobre los visitantes.
“Tenemos buena onda, todo va a salir bien, es más mañana sale el sol”, dijo con entusiasmo uno de los pioneros del encuentro, Antonio Tosca, representante del Centro Navarro. El hombre aseguró que una vez más la fiesta avanza con la pujanza y el entusiasmo de siempre. “Cuando arrancamos allá por el 85, más de uno pensaba que no llegábamos al año siguiente y acá estamos”, se explayó.
La ceremonia inaugural se demoró más de media hora en medio de los ruegos por que la lluvia no llegue, y comenzó en el Parque Nacional de la Bandera a pesar de las zozobras de los pronósticos climáticos que hasta media tarde de ayer anunciaban alerta meteorológica, que cesó después de las 15.
El responsable de Defensa Civil de la Municipalidad, Marcos Escajadillo, confió que se pidió un informe especial al Servicio Meteorológico Nacional (SMN), con sede en Buenos Aires, para la ocasión. “Explicamos las características del encuentro, la importancia que tiene en la ciudad por la cantidad de gente que convoca, y la comunicación es permanente”, aseveró.
Primer Mundo. Los sonidos de tormenta sorprendieron al público, seguidos de una música casi etérea. En las pantallas gigantes el movimiento desenfrenado de círculos y figuras estelares no daba respiro. Una grúa ubicada al costado derecho del escenario levantaba una esfera gigante y blanca a tres o cuatro metros de altura del piso. Mientras tanto, un acróbata delante de un telón blanco bailaba y rodaba en una rueda de caño.
De pronto, un hombre y una mujer vestidos como astronautas se descubrieron detrás de una tela quedando colgados con arneses y usando el centro de la pelota como pista de danza. Un sonido de cascada de agua y la imagen del planeta Tierra daban un ambiente lunar al escenario. Los aplausos y los vivas no se hicieron esperar.
Pero cuando parecía que ya los acróbatas bajaban para dar paso a los artistas del escenario desde el centro de la esfera bajaron tres artistas más ataviados con trajes rojo, amarillo y azul, llenos de largos flecos que eran esperados en el centro de la escena. Y los vivas se escucharon en el predio. “Es una maravilla, del Primer Mundo”, aseguró Herminda, junto a su familia.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Las Colectividades no se achicaron y después del espectáculo de apertura presentaron sus propios bailes.
|
|
|