Comerciantes de calle San Luis, contra la venta ambulante

Piden a la Municipalidad más controles y obras para rejerarquizar la estratégica arteria

Javier Felcaro / La Capital

Los comerciantes de calle San Luis exigen a la Municipalidad que les ponga un freno a la proliferación de la venta clandestina y callejera y al aumento de los vendedores ambulantes. También piden reformas en la vía pública y más mobiliario urbano, al tiempo que rechazan el proyecto del Palacio de los Leones de prohibir el estacionamiento sobre esa arteria del microcentro.

Con esa batería de planteos bajo el brazo, Elías Soso, titular de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), oficializó ayer la decisión de reflotar la Asociación de Amigos de la Calle San Luis, nucleamiento desactivado por la crisis provocada por la caída del gobierno de Fernando de la Rúa a fines de 2001.

Soso explicó que el principal problema que afecta a los comercios emplazados de cara a la estratégica arteria es la venta ilegal, potenciada por el incremento de los puestos ambulantes.

Al respecto, también hizo blanco de los reproches a la Guardia Urbana Municipal (GUM) y a la policía.

Ausentes. “No ayudan y se lavan las manos frente a una calle que es la expresión viva de un sector importante de la ciudad”, acusó el dirigente, que recordó el caso de un comerciante que, un día después de quejarse de la inacción de la GUM, fue visitado por inspectores municipales.

En esa línea de razonamiento, afirmó que la competencia desleal complica las ventas de los locales habilitados, “cuyos dueños, que tienen todo en regla, ven como los clientes se alejan”.

Soso también aludió a la existencia de “una enorme cantidad de vendedores ilegales que mantienen tomada la calle”. Y advirtió acerca de la violación de la norma que fija los parámetros para el comercio callejero. Sin embargo, Claudio Canalis, titular de la GUM, contrastó: “Hace tres semanas que en San Luis no hay un solo puesto ilegal (ver aparte)”.

Pero el dirigente fue más allá y aseguró que “todo el centro de Rosario tiene un aspecto horrible”. Fue entonces cuando agendó en el debe el estado que presentan las calles y las veredas.

Por eso reclamó a la Intendencia obras ligadas al mobiliario urbano y al reciclado de las arterias, apostando a revalorizar el sector. “No podemos seguir generando este descrédito nacional”, graficó.

Aunque otro detonante de rispideces es el proyecto municipal de prohibir el estacionamiento en esa calle. “No puede ser que la gente no tenga un lugar donde dejar el auto”, sostuvo.

En rigor, la iniciativa oficialista para reducir el tránsito en el micro y macrocentro de Rosario ya había causado malestar entre los comerciantes.

El principal cuestionamiento es por la ampliación del estacionamiento medido y concesionado a zonas hasta ahora libres, en algunas de las cuales los valores se triplican.

La prohibición de estacionar en el microcentro afecta a las calles San Luis, Paraguay, San Lorenzo y Laprida, más un tramo por Buenos Aires y otro por San Juan.

La mayoría de los comerciantes no cree que la saturación del área se deba sólo, o principalmente, a que en la actualidad es libre la circulación y el aparcamiento de autos.

Soso, acompañado por una veintena de empresarios, programó para el martes próximo el primer encuentro destinado a reflotar la asociación, que funcionará dentro de la AER.

Dialoguista. No obstante, aclaró que las puertas estarán abiertas para los funcionarios de Miguel Lifschitz.

Por lo pronto, ya hubo conversaciones informales con el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, y ediles justicialistas.

Una señal que, en principio, refleja la intención de encontrar una salida conjunta a la problemática.

Para la GUM, muchos comercios sacan sus ofertas a la vereda.