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lunes,
05 de
noviembre de
2007 |
Una función que no siempre es reconocida
Los clubes de barrio que por distintos motivos se debaten frente a problemas económicos piden políticas de Estado porque perciben que la función que realizan no siempre es reconocida. “Para abordar este tema tiene que haber un espacio institucional”, señaló el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, al tiempo que detalló que ese ámbito es el Consejo Municipal del Deporte, al que aún no se integró la provincia ya que nunca designó un representante.
Para el coordinador de la Oficina de Clubes de la Dirección Municipal de Deportes, Pablo Pérez, el mayor problema que enfrentan estas instituciones es la “situación institucional”. Esta realidad los inhibe para gestionar ayuda y obtener las personerías jurídica y deportiva. La otra espada de Damocles que recae peligrosamente sobre estas entidades es que usan terrenos que no son propios, lo que los obliga a “deambular o desaparecer”.
Pérez aseguró que desde el proyecto Nuevos Espacios Deportivos y Clubes de Barrio ya se está fortaleciendo a 60 de estos clubes en los seis distritos de la ciudad.
Subsidios. Desde el proyecto municipal Centros de Iniciación Deportiva, Florencia Ghilioni aseguró que a través del Presupuesto Participativo se otorgaron nueve subsidios de 10 mil pesos cada uno a otros tantos clubes de la zona oeste, y adelantó que ahora se darán ayudas de 7 mil pesos a tres clubes de la zona norte. “Son lugares que tienen muchos años de historia y la idea es que no desaparezcan, por eso ayudamos a su recuperación institucional”, aseguró.
“El objetivo es generar actividades deportivas y recreativas gratuitas y recuperar el rol social de los clubes en los barrios”, sostuvo Ghilioni a la hora de definir las políticas del espacio que coordina. Las actividades incluyen asesoramiento institucional en cuestiones jurídicas, contables y exenciones impositivas municipales. Este proyecto tiene como antecedente “Volver al barrio” que se implementó desde 1997 hasta la crisis de 2001.
Investigación . El Centro de Estudios Metropolitanos de la Concejalía Popular que preside el edil Nire Roldán realizó una investigación sobre el tema. “En el marco del programa defensa de los clubes de barrio relevamos a 154 instituciones deportivas, con distinto grados de inserción social y participación de los vecinos, pero todas con un fuerte compromiso de contención social de niños, adolescentes y jóvenes”, dijo el concejal.
Según detalló, las causas del deterioro en estas instituciones son: disminución de los ingresos de los socios, elevado costo fijo de las instalaciones, proliferación de juicios por concesionarios y trabajadores eventuales, y costo de servicios básicamente de agua y luz.
Frente a esto se impone blanquear la situación jurídica, comisiones más democráticas y transparentes y bregar por la inembargabilidad de los clubes de barrio que deben ser considerados como bienes sociales.
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