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lunes,
05 de
noviembre de
2007 |
Forjando identidad barrial
Prototipos de pertenencia y pasión, los clubes de barrio se afianzaron en la primera mitad del siglo XX. “En la década de 1920 y 1930 fueron muy importantes”, explicó la antropóloga Mariana Nembosky. Y señaló una indagación pendiente: detectar cuál es el significado que los vecinos les dan hoy.
“Habría que ver si tienen la misma representación que tuvieron para quienes los fundaron”, señaló y agregó otro a explorar: qué lugar le asignan las políticas sociales. Años atrás, en estos espacios se forjaba la identidad de una zona, eran el marco de las primeras fiestas y alineaban trofeos que eran síntesis de tesón de sus socios.
Nuevas urgencias cotidianas y económicas desgranaron los habitués de aquellos centros sociales, culturales y deportivos de los barrios. “Algunos se convierten en una sede para jugar a las cartas o hacer alguna actividad social o deportiva, según la infraestructura les permita y manejados por los conserjes de turno”, explicó Pablo Pérez, integrante de la Oficina Municipal de Deportes.
También aseguró que no cuentan con una estadística de los clubes que sólo tienen canchita para fútbol, porque suelen no tener personería jurídica. “Por lo general nacen como desprendimiento de otras instituciones, o por iniciativas de vecinales y parroquias”, fundamentó. Hoy los clubes se sostienen con cuotas que van de 5 a 25 pesos, y en el caso del fútbol infantil, la mensualidad es de 2 ó 3 pesos para pagar afiliación y seguro médico.
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