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sábado,
27 de
octubre de
2007 |
El pánico cambió la noche rosarina
El fantasma de la pedrea del 15 de noviembre pasado se adueñó como una pesadilla de los rosarinos. Anoche, el temporal dejó la ciudad vacía de taxis, los restaurantes tenían sus mesas desocupadas y los barrios eran páramos. La frase de Mario puede resumir el pensamiento de muchos: “Cuando vi el cielo negro a la misma hora que hace casi un año, me metí en casa y no quise salir hasta que pasara”. Las calles eran bocas de lobos y muchos comercios prefirieron cerrar hasta hoy.
En una recorrida La Capital confirmó el clima de alerta que causan este tipo de tormentas. Avenida Pellegrini, desde Ayacucho hasta Oroño, una concurrida zona de restaurantes y parrillas, presentaba una postal atípica. Ramas caidas, árboles tirados por la calle, basura esparcida y poco movimiento de vehículos fueron el efecto postormenta. Como en Presidente Roca al 1700, donde un árbol cortó el tránsito vehicular.
También en el macrocentro vastos sectores permanecían a oscuras. Maipú, desde 27 de Febrero hasta Cochabamba, era una trampa para peatones. Los vecinos prefirieron quedarse adentro ante el peligro de los cables tendidos en el piso.
En el parque Independencia, el calendario quedó tapizado de ramas y hojas. Un paraíso se desplomó de raíz destrozando postes de alumbrado. Al igual que el eucaliptus que copó casi toda la calzada cerca del Hipódromo.
Pasadas las 22.30, los únicos que se animaron a salir fueron algunos adolescentes. l
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