Otra violenta tormenta sacudió a la ciudad, causó heridos y graves daños

Una feroz tormenta con ráfagas de viento que alcanzaron los 108 kilómetros por hora —durante 5 minutos— provocó ayer un herido grave y otros con lesiones menores, además de la caída de cuatro antenas (de Telecom, CTI y los canales 3 y 5), cuantiosos daños materiales por árboles y paredones que impactaron sobre autos, voladuras de techos y tinglados, calles inundadas y cortes de luz (20.000 clientes). Al cierre de esta edición de La Capital, las zonas sur, oeste y centro eran las más afectadas por el nuevo fenómeno meteorológico de características devastadoras que, a partir de las 19.10 y hasta las 21.30, volvió a sorprender a los rosarinos en menos de un año.

   Anoche, mientras asesoraba al comité de emergencia encabezado por Miguel Zamarini, presidente del Concejo a cargo de la Municipalidad por el viaje al exterior del intendente Miguel Lifschitz, el jefe de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, aseguró que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) “había anunciado, a través de un alerta, la posibilidad de un temporal de agua y granizo” en la zona, pero no avisó acerca de los fuertes vientos que sacudieron a Rosario. Y admitió que las ráfagas se aproximaron a las registradas durante la pedrada del 15 de noviembre de 2006.

   Un hombre a quien un palo se le incrustó en tórax mientras caminaba por el parque Sunchales llegó al Hospital Centenario con su estado de salud comprometido. Tras intentar compensarlo hemodinámicamente se iba a evaluar la posibilidad de operarlo.

   El Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies) debió asistir otros llamados por lesiones menores, como las que sufrió un hombre en Córdoba y Sarmiento, golpeado por una chapa que se voló. En su mayoría los heridos fueron derivados al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).

   La plaza Pringles fue cercada tras la caída del techo metálico (vigas y chapas) de un centro comercial ubicado a pocos metros, sobre Córdoba. En el mismo sector, otro transeúnte sufrió la quebradura de una pierna por el golpe de una rama y en Córdoba y Entre Ríos voló un baño químico e impactó en una vidriera, cuyas esquirlas causaron cortes a un hombre.

   Distintas zonas de Rosario lucieron una postal común: calles anegadas y autos destrozados por árboles, paredones y tinglados caídos o volados (Cerrito al 1300, Wheelwright y Balcarce, Alsina 1435 y Alem al 2900, entre otras). En Avellaneda y Santa Fe un Fiat 147 terminó su carrera sobre el cantero central y en la avenida de la Costa hubo una triple colisión.

   Paralelamente, la antena de Canal 3 cayó sobre sus dos estudios, provocando alarma entre los empleados pero no heridos. La emisora, al igual que Radio 2, dejó de transmitir en el acto. Lo mismo ocurrió en la planta de Canal 5 (Biedma al 7800), donde la elevada estructura de acero colapsó e interrumpió la salida al aire hasta la medianoche.

   La antena de Telecom (Salta y San Nicolás) cayó sobre la calle, provocando destrozos, el corte del tránsito e inconvenientes en las comunicaciones. Y se desplomó la estructura de 25 metros de CTI ubicada en México y Mendoza, que quedó apoyada sobre un edificio de dos plantas.

   El teatro El Círculo sufrió la voladura de parte del techo del escenario y el aeropuerto Islas Malvinas quedó inoperable durante dos horas. En tanto, desde el Sies reconocieron —como dato anecdótico— que varios partos se precipitaron.

   Los cortes de luz se produjeron por el desprendimiento de gran parte del tendido aéreo. La zona oeste fue la más afectada, aunque ocho cuadrillas recorrían toda la ciudad. La tarea se limitaba anoche a aislar el peligro, mientras que hoy se sumarán otros 15 equipos para reconectar la energía.

   La recolección de residuos se demoró ya que los camiones no podían llegar al predio ubicado detrás de Canal 3. La antena de la emisora obstruyó el paso.

   Antes de que el cielo ennegreciera, la jornada había sido calurosa (a las 18 se registraban 30,3º, con una sensación térmica de 32,3º). Luego de un brusco descenso de temperatura, la furia se apoderó de la ciudad, otra vez.







Producción periodística: Eugenia Langone, Javier Felcaro, Lucas Ameriso y Pablo R. Procopio.

Producción fotográfica: Daniel Carrizo, Enrique Rodríguez Moreno, Hugo Ferreyra, José Granata y César Arféliz.