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 miércoles, 17 de octubre de 2007  
“Es la primera vez que se hace una comedia ambientada en el Proceso”
Dady Brieva es guionista, director y protagonista de la película “Más que un hombre”

Ricardo Luque / La Capital

Apenas puede hablar. Una tos que se empecina en interrumpirlo cada vez que quiere hilvanar un idea lo tiene a maltraer. No le importa, sigue hablando igual, y lo hace porque quiere que “Más que un hombre”, la película que escribió, dirigió y protagonizó, sea un éxito, no por el dinero, con Midachi ganó mucho más del que jamás había soñado, sino porque cree en la historia. Y cuando Dady Brieva cree en algo lo defiende con uñas y dientes.

   “Es la primera vez que se juega fuerte haciendo una comedia ambientad en los años de la dictadura militar”, enfatizó el ex Midachi en diálogo telefónico con La Capital. Y bromeó: “Si la hubiera hecho Fernando Peña sería «Secreto en la montaña»”.

   —La película tuvo buena crítica, incluso de la inteligentzia del cine. ¿Esperabas esa reacción?

   —Las críticas fueron recontrabuenas. Yo sabía que era una historia real, verdadera, que la hice sin prejuicios, como un vómito, y me parece que fue tomada así por la gente, aun por la gente que no me critica bien en algunos aspectos artísticos. Sorprendió mucho que del humor ramplón de Midachi, como tituló algún matutino, se pudiera pasar a una película como “Más que un hombre”. Yo estoy súper orgulloso.

   —¿Qué tiene de bueno la película?

   —Es la primera vez que se juega fuerte haciendo una comedia ambientada en los años de la dictadura militar. Es la historia de amor de un puto que hacía trajes de novia en Santa Fe y que, en un procedimiento militar se gana un militante en un zaguán, y lo esconde durante tres meses debajo de un tanque de agua en una terraza. Es una historia que tiene una poesía bárbara. Si esta película en vez de hacerla yo la hubiera hecho Fernando Peña sería “Secreto en la montaña” y tendía un monumento en el obelisco.

   —¿Cómo viviste los años de la dictadura?

   —Como cualquier tipo que tiene hoy cincuenta años. Con una militancia a pleno, a nivel secundario y a nivel universitario en la Facultad de Abogacía. Yo fui protagonista de esa época, yo viví totalmente a esos años, por eso quería contar esta historia.

   —¿Puede encontrarse un lado cómico a una etapa de la historia argentina que fue horrenda?

   —Yo no me propuse hacer una historia cómica ambientada en el Proceso militar que tenga como protagonistas a dos homosexuales. Yo conté una historia, no busqué marketineramente los elementos que puedan conmover al público. Con la película pasa lo mismo que en los velatorios cuando se cuentan chistes, no se cuentan para faltarle el respeto al muerto, sino para expresar la tristeza, la angustia y la impotencia. En momentos claves, de cimbronazo, donde hay abismos, el humor sucede, a veces para contener sollozos.

   —¿En algún momento de tu carrera te imaginaste que ibas a ser director de cine?

   —Una vez me preguntaron si alguna vez había pensado en que iba a protagonizar una telenovela con Andrea del Boca y la verdad es que nunca pensé que iba a ser galán. Son cosas que no me las propongo. Yo soy un artista y si tengo que cantar canto y si tengo que bailar por un sueño, como lo hice el año pasado, bailo y si tengo que hace Midachi lo hago y si tengo que hablar con los chicos en “Agrandaditos” lo hago. O lo defiendo a Olmedo en “El gen argentino” con la misma vehemencia con la que encaro cada cosa que hago. Me parece que soy siempre el mismo.

   —¿Te dolió que la gente dejara afuera de “El gen argentino” a Olmedo?

   —Terragno y Aliverti fueron al programa con un montón de carpetas, con un montón de números, como para desarrollar la defensa del caso Skanka. Yo no llevé ningún papel, sólo me remití a ver el informe, que me pareció bastante tendencioso, y a decir lo que pienso: Olmedo era un tipo que desde su trinchera hizo lo que tenía que hacer. Olmedo tenía que hacer reír a la gente y eso es lo que hizo, no le pidamos que sea Camilo Cienfuegos. Olmedo tenía la dignidad de un tipo urbano, que más de uno quisiera tener, era fiel a sus amigos, a su noche, a sus códigos, era un buen padre, un tipo digno, respetado.
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Dady Brieva tomó distancia de su trabajo como humorista en Midachi para escribir, dirigir y protagonizar “Más que un hombre”. La película cuenta la historia de amor entre dos homosexuales que transcurre en Santa Fe durante la última dictadura militar.


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