El municipio paralizó 514 obras en construcción en lo que va de 2007

Claudio González / La Capital

Ante el gran momento que atraviesa la construcción en Rosario, la Municipalidad se ve obligada a redoblar los controles sobre las obras. Por incumplimiento de los códigos que rigen la actividad ya se paralizaron 514 emprendimientos en lo que va del año, de los cuales 89 fueron posteriormente clausurados.

Las obras son paralizadas como un paso previo a la clausura total. Agotada la vía administrativa, si se vuelven a detectar transgresiones, entonces es cuando el municipio remite las actuaciones a la Justicia. Así, mientras muchos constructores ganan tiempo, los vecinos damnificados no encuentran alivio.

   Vale recordar que durante todo 2006 los inspectores de Obras Particulares del municipio paralizaron 659 obras, clausuraron 105 y en 12 se iniciaron acciones en la Justicia. Y aunque aún restan tres meses para terminar 2007, la tendencia parece similar al año anterior.



Irresponsabilidad. Estos número no hacen más que develar la cantidad de inmuebles en construcción o en reformas —de propiedad horizontal particular o de viviendas bajas— cuyos arquitectos no demuestran responsabilidad civil y técnica al momento de realizar los trabajos.

   Tal vez este aspecto es el que los vecinos autoconvocados afectados por el auge constructor también ponen de manifiesto con sus permanentes reclamos. Sin embargo, a la hora de hacer las denuncias no resulta sencillo plasmar el trámite en las oficinas municipales (ver página 4).

   El esfuerzo que realizan los inspectores no parece suficiente. Un padrón con más de 600 casos que elaboran los propios vecinos damnificados servirá para iniciar un juicio colectivo contra el Ejecutivo local por daños y perjuicios, y donde se apuntará también a la ausencia de controles.



Poca sanción. Durante 2006 la Municipalidad realizó 10.600 inspecciones, 4.800 notificaciones, 2.000 intimaciones, 1.772 actas de infracción, y concretó 659 paralizaciones. Las clausuras llegaron a 105, mientras que en 12 casos se iniciaron acciones judiciales.

   En lo que va de 2007, se realizaron 8.500 inspecciones, 3.800 notificaciones, 1.600 intimaciones y se labraron 1.470 actas de infracción. Las paralizaciones alcanzaron las 514, mientras que se clausuraron 86 obras. Hasta el momento se derivaron sólo siete casos para que investigue la Justicia.



Paso a paso. Desde Obras particulares explicaron cada paso hasta llegar a la clausura. Las inspecciones se realizan por solicitud, denuncias o rutina de los inspectores. Las notificaciones se remiten por faltas menores (por ejemplo, cartel de obra incorrecto), mientras que por incumplimientos del reglamento de edificación que pueden perjudicar a terceros (más de 24 horas con vereda intransitable) se procede a la intimación. Cuando hay violación al Código de Faltas, en tanto, se remiten actas de infracción o multas.

   Pero la paralizaciones recién llegan después de agotarse varias instancias: cuando no el constructor no respeta las intimaciones o cuando hay problemas de cierta gravedad contra la seguridad de terceros. Ahora bien, ya cuando se viola la paralización impuesta, lo que sigue es la faja de clausura.

   Finalmente, las denuncias ante la Justicia provincial recién llega cuando se agota la vía administrativa o en casos que puedan producir problemas a la seguridad.

   En definitiva, esta cadena de controles y sanciones implica un extenso proceso durante el cual pareciera que la actividad irresponsable de algunos constructores encuentra oxígeno para seguir trabajando. El mismo que reclaman las linderas húmedas paredes de cientos de vecinos damnificados en toda la ciudad. l