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 sábado, 06 de octubre de 2007  
Amenazas a familia de un joven asesinado

“Decile a tu marido que si no se dejan de joder con los panfletos les voy a meter un cuete”. Fue apenas una de las amenazas de muerte que recibieron los familiares de Pablo Rusito Espíndola, asesinado hace cuatro meses a balazos por un policía, con denuncias ya asentadas en las fiscalías 3ª y 8ª de los tribunales provinciales. El blanco de otra advertencia fue Ramón, un tío del pibe fallecido. “En uno de los casos fue directamente Cristián P. (se preserva el apellido por lo preliminar de la acusación), el policía que ayudó a Galmarini para matar a Pablo”, explicó el padre de la víctima.

Pablo Espíndola dice haber jurado ante la tumba de su hijo que buscará “que esta muerte no quede impune”. Con su hijo compartía el nombre y el apodo. Los dos se llaman Pablo y les dicen Ruso. Y los dos trabajaban juntos como gasistas. “La que recibió las amenazas fue mi cuñada. Hace un mes y medio, Cristián P. con otro tipo fueron hasta la casa de mi hermano Ramón (en un Fonavi de la zona sudoeste) y como él no estaba le dijeron a mi cuñada: «Decile a tu marido que deje de pegar panfletos porque le vamos a meter un cuete»”, relató Pablo. No lo pensamos y fuimos a hacer la denuncia en la fiscalía 6ª y en el Juzgado de Instrucción 3ª.

La reiteración. Pero, según cuenta Espíndola, todo no terminó ahí. “El martes a la tardecita, cerca de las 18.30, un tipo grandote y pelado que dijo ser amigo de Cristián P. la encaró a mi cuñada y le dijo que se callara la boca (por los reclamos por la muerte del Rusito) porque sino la iba a boletear”, describió Espíndola. La denuncia quedó asentada en la fiscalía 3ª, según explicó.

El policía Cristián P. fue señalado desde un primer momento como quien colaboró con el suboficial de la Patrulla Urbana Juan Galmarini en la persecución que terminó en la muerte del Rusito. Espíndola fue baleado el jueves 24 de mayo en Uruguay y Magallanes cuando estaba junto a su hermano Gustavo, de 16 años. Testigos de la agresión contaron que el policía Galmarini, quien actuó uniformado, bajó de un auto particular, y tras discutir con los jóvenes, golpeó y disparó a la cabeza del mayor de los hermanos. El pibe murió 96 horas más tarde.
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