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sábado,
06 de
octubre de
2007 |
Tres inmigrantes africanos, en problemas con la policía
Son jóvenes y refugiados. Cayeron acusados de generar incidentes violentos en la zona céntrica
Leo Graciarena / La Capital
Tres ciudadanos de origen africano, con estatus de refugiados y residencia en trámite, fueron detenidos en las últimas 48 horas acusados de generar distintos incidentes violentos. El primero de los hechos se produjo cuando una mujer denunció que un inmigrante de 27 años, oriundo de Guinea, la había golpeado a trompadas en 9 de Julio y Entre Ríos. El agresor quedó detenido acusado de lesiones. El segundo hecho ocurrió ayer, también de madrugada, cuando el portero de un bar de Tucumán y San Martín denunció que dos jóvenes de raza negra lo habían atacado con una botella rota provocándole cortes en un brazo. Los acusados, un ganés de 20 años y un liberiano de 18, fueron llevados a la comisaría 3ª bajo cargos de lesiones y resistencia a la autoridad.
Ciudad protectora. Rosario es una de las “ciudades solidarias”. La tercera detrás de Buenos Aires y Mendoza. Eso rubricó el municipio esta semana en una carta de intención el municipio junto al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
En el sentido amplio este compromiso está orientado a asesorar, proteger e integrar a los refugiados de los países del mundo que quieran habitar el suelo argentino. En la misma semana en que se rubricó el acuerdo, tres refugiados con menos de dos años en el país fueron detenidos en el centro rosarino envueltos en hechos de violencia con lesiones. Todos los casos son investigados por el juzgado Correccional Nº 4.
Caso 1. Abderrahmane C. tiene 27 años y llegó hace menos de dos a Rosario desde su Guinea natal, en el Africa Central. Arribó como la mayoría de los inmigrantes africanos llegan a estos puertos: en la bodega de un barco. Contó su historia ante las autoridades el Comité de Elegibilidad para los Refugiados (Cepare) y consiguió el estatus de refugiado, paso previo a lograr la residencia.
Según fuentes policiales, el miércoles a las 2 de la mañana Abderrahmane C. deambulaba en las inmediaciones de las calles 9 de Julio y Entre Ríos. Vio a una mujer de 25 años que trabaja como prostituta y en su dificultoso español requirió sus servicios. La mujer se negó y, según consta en la denuncia policial, el hombre de raza negra se violentó y la golpeó. “La denunciante tiene raspones en piernas y brazos. Y un golpe en uno de sus pómulos”, explicó un vocero policial.
Abderrahmane C. quedó detenido en la seccional 2ª acusado de lesiones a disposición de la Justicia correccional. De los tres refugiados detenidos, es el más expuesto. El muchacho no tiene trabajo, es adicto a las drogas y acumula “entre seis o siete” antecedentes penales, mayormente resistencia a la autoridad. Una acusación recurrente al consultar prontuarios de inmigrantes africanos, quienes suelen no hablar español. Las marcas prontuariales pueden convertirse en un obstáculo al solicitar una prórroga de la residencia en el país.
Caso 2. El segundo incidente ocurrió ayer a la madrugada, a las 3.20, en Tucumán y San Martín. Por allí andaban Christian F., un muchacho liberiano de 18 años, acompañado por el ganés Cooper Joseph H., de 20. Los dos tienen en Rosario menos de dos años.
El primero tiene apelado su trámite de residencia, ya que en primera instancia le fue denegado, y el segundo tiene estatus de refugiado. Uno vende biyuterí y el otro es empleado en un comercio. Los dos tienen estatus de refugiados y en trámite su residencia permanente.
Fuentes policiales precisaron que los dos muchachos africanos trataron de entablar una conversación con Juan Carlos, el portero de 38 años de uno de los locales bailables del barrio, y el hombre no los entendió.
“Estaban pasados de vueltas por el alcohol —describieron los voceros—. Uno de los pibes rompió una botella y con el pico cortado agredió al portero, al que tomaron a trompadas”.
Un vecino alertó de lo sucedido a la policía y a los pocos minutos móviles del Comando Radioeléctrico llegaron al lugar. No sin una ardua resistencia, los vigilantes se llevaron a los dos muchachos detenidos a la seccional 3ª.
Como en la detención hubo policías golpeados, la investigación quedó en la división Judiciales. Juan Carlos resultó con escoriaciones en su rostro y un corte en uno de sus brazos. Tanto Christian como Cooper no eran dos detenidos comunes. Y así fue que al consultar por sus antecedentes, saltó que el joven liberiano había protagonizado en horas de la tarde del jueves un intento de hurto en un cíber de calle San Luis, entre San Martín y Maipú.
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