“Volver implica tener un trabajo”

Julia Cricco arribó a Rosario hace dos años luego de vivir en Estados Unidos

“Quería traer algo nuevo al país, investigar sobre lo que no se hubiera hecho”, relata Julia Cricco, que tiene 38 años y hace dos que regresó de la Universidad de Utah, Estados Unidos.

   “Siempre me quise volver, fue el proyecto que armamos con mi marido que también es científico”, cuenta la mujer que partió a hacer un posdoctorado con dos hijos.

   “En general, entre los investigadores la idea de ir a estudiar afuera es algo que se tiene muy en cuenta”, explica. Por eso cuando se le dio la posibilidad no dudó en partir, pero siempre con la idea de regresar.

   “Quería volver pero sabía que si no tenía un trabajo seguro no podría hacerlo”, dice. De hecho, cuenta que hay argentinos que no regresan por que no encuentran trabajo en el país. En su caso, solicitó una beca al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la ganó y esto le permite vivir.

   Trabaja nueve horas en un laboratorio estudiando lo que a futuro sería una solución para el mal de Chagas. “Muy a largo plazo podría serlo”, cuenta la investigadora rodeada de papeles, frente a su pequeña computadora.

   “Se extrañan la familia y los amigos”, resalta. Pero, a la vez está segura de que si no hubiera conseguido esta beca no habría podido regresar.



Desde el Primer Mundo. Julia está en plena etapa de reinserción y de adaptación. Volver del Primer Mundo no es fácil.

   Hay que acostumbrarse nuevamente a que las cosas más sencillas se compliquen, como tomar un colectivo o conseguir monedas. “Eso allá está resuelto”, remarca la investigadora.

   Sin embargo, aunque es más difícil y todos lo reconocen, la cuota de esfuerzo es desafiante y la carencia de materiales termina siendo un beneficio para los investigadores locales que terminan adquiriendo mayor experiencia que los del Primer Mundo.

   Ellos mismos lo notan, porque a ninguno le faltó la oportunidad de quedarse y hacer carrera en el exterior. De allí que su retorno a las raíces sea aún más valorable.

La investigadora se perfeccionó en la Universidad de Utah.