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 domingo, 23 de septiembre de 2007  
[ciclos] - “Videoperfiles”, en el Centro Cultural Parque de España
Figuraciones de la mente
Entre el cine experimental y el videoarte, Gustavo Galuppo trama en “Sweetheart” materiales visuales, sonoros y registros de distintas fuentes en un modelo de composición fragmentaria

Ernesto Baca

Recuerdo que algún día del año 2000 pasé por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, por aquel entonces era regular mi paso por ahí para ver alguna proyección que me sorprendiera o algunas propuestas de videoinstalación. También proseguían mis estudios alternativos de la imagen con los formatos de paso reducido que cada vez escaseaban más. La videoteca del museo estaba coordinada por Claudio Caldini, de quien asimilé, años anteriores, considerables ideas sobre el cine. Me invitó a la sala de proyección y compartimos unas imágenes que puso delante de mí, una película de un joven rosarino, y me dijo: “él hace cine experimental, pero los videastas piensan que hace videoarte”. Bueno, uno ve el mundo mediante los elementos con los que aprende a trabajar. En la década del 80 sucedió que a través de la desarticulación que padecieron los formatos reducidos en fílmico, como el Súper 8 y el 16 mm., ante la apertura de la imagen electrónica y su avance en el mercado mundial, muchos que hacían cine experimental pasaron a ser videoartistas, muchos directamente ni conocieron la cámara fílmica como registro, y otros ya nacieron en la era digital. Es natural que haya reclamos cuando hay un cambio del paradigma: de la era analógica a la era digital. En medio de esta transición nace la obra de Gustavo Galuppo, tanto los videastas como los cineastas lo reclaman para sí.

Hoy en día discutir el límite entre uno u otro formato es inútil. Pero como realizador de cine experimental, voy a hablar según los parámetros de la gente que camina de este lado del río, mientras Galuppo navega tranquilo por aguas del medio. Deberíamos ver primero cuál es el denominador común que vincula su composición de imágenes. Lo más notorio de su trabajo está basado en el found footage (metraje encontrado), una técnica del cine experimental que combina imágenes de diferentes procedencias y produce un efecto narrativo, recreando algo distinto al supuesto objetivo con que esas imágenes fueron concebidas. El no depende solamente de la cámara para ir a buscar las imágenes; las imágenes están hechas y llegan hasta él. En la música, esta acción de extraer partes ya editadas, para recrearlas o reeditarlas, se conoce como sampleo. También se puede ver a lo largo de su vasta obra, cómo aborda temas por medio de percepciones sensoriales que evolucionan imponiéndose sobre la tecnología a la que accede.

Mi interpretación, en parte, de Sweetheart, se focaliza en el modo en que el realizador transfiere el carácter específico de los sonidos a la composición de las imágenes; también se distingue un montaje de sensaciones en el cual se desprende de las consideraciones de la realidad con imágenes sensacionales que pertenecen al nacimiento del cine; utilizándolas como artilugios, Galuppo ve a través de los oídos. Pone en evidencia un tiempo perdido en forma transversal: rostros que ya no se encuentran, cuerpos que ya no se encuentran, una humanidad exclusiva del blanco y negro. En este territorio las imágenes se manifiestan desde un lugar en donde las combinaciones pueden ser infinitas y ese lugar es la mente.

Podemos usar de ejemplo el sistema operativo de una computadora, la diferencia entre el hardware y el software. El hardware se refiere a lo periférico, a las cosas visibles de la máquina, encontramos una construcción primaria de elementos indispensables para comprender el funcionamiento, en donde uno comienza su configuración: claves en el teclado, un idioma comprensible de códigos del programa, el aspecto visual, el mouse, sus colores, etc... De este modo se realizan la mayoría de las narraciones cinematográficas actualmente; representaciones de una realidad concreta, utilitaria y externa, y se le da un orden que es regido por el tiempo cronológico, aunque en algunos casos las escenas se combinen. Por medio del software la computadora codifica internamente un idioma que de alguna forma hace que funcionen las cosas en el interior de su sistema, un código directo que mueve las memorias internas. Galuppo elige narrar por medio de esta herramienta y desde allí se adueña de las imágenes, moviéndolas en forma centrífuga, para contar sus motivos, no de forma coral, sino en polifonías.

Este es el rasgo distintivo en la instrumentación y sus componentes: recurre a imágenes incrustadas en la mente y así compone el montaje. Con las imágenes mismas de las que está hecha la historia del cine, generando una lógica que transita por medio de la imaginación.


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Un encuadre diferente. Galuppo contrapone pequeñas historias a las representaciones cinematográficas convencionales.

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