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 domingo, 23 de septiembre de 2007  
“Kirchner es un gran traidor y alcahuete”

Mauricio Maronna / La Capital

“Néstor Kirchner es un alcahuete y un traidor”. Cortante, sin eufemismos, así define el gobernador de Neuquén y candidato presidencial, Jorge Sobisch, al presidente de la Nación. Y anticipa: “Ahora se apoya en los intendentes del conurbano bonaerense para ganar el 28 de octubre pero, si lo consigue, al otro día se los empieza a sacar de encima”

   —Según los encuestadores, la oposición no tiene chances de llegar al ballottage.

   —Desde la convicción y el compromiso militante tenemos la responsabilidad de contrarrestarlos. Si nosotros nos presentáramos y tuviéramos garantizada la derrota no sería cuestión de convicciones. Hace 4 años que recorro la Argentina, y en ese momento ni siquiera figuraba como postulante. Están desapareciendo las economías regionales, y no hablo de algunos sectores a los que les va bien o porque la soja y el trigo tienen una cotización alta. Hablo de un país integrado, con igualdad de oportunidades, con sistemas de salud eficiente y para que haya debates en serio sobre esta marcha de profundización de ignorancia de la gente. El gobierno fabrica escenarios que están en la tapa quince días y luego desaparecen. En ese marco es natural que algunos medios instalen candidatos escondiendo la decadencia. Hay algo que no se dice: el que menos habla de los problemas del país, el que menos plantea las soluciones, el menos hipócrita, es el que finalmente se impone en la sociedad.

   —¿Puede explicarlo?

   —Si tomamos la supuesta intención de voto de Cristina Kirchner, que está bajando, hay que considerar que lo hizo sin hablar. Y lo de Scioli es igual, no habla. Si ganan, y siguen sin hablar de cómo mejorar la calidad de vida, habrá que seguir dando debate. Esto recién empieza, y supuestamente van a quedar los prolijos, entre comillas, porque son culpables también de los escándalos. No creo que la señora del presidente no conozca a (Ricardo) Jaime, a (Claudio) Uberti, a la chica que iba en el avión de la valija... Esa banda, encabezada por Néstor Kirchner, pasará a manejar los negocios económicos de la Argentina y van a ir tomando por medio de una asociación casi ilícita YPF, ya tiene los casinos, van a concentrar el manejo de la soja, el petróleo y se van a armar dos escenarios: uno económico y otro político. Es hacer lo mismo que Chávez, quien ya se metió adentro de las escuelas. Este es el camino por el que vamos, porque el kicrchnerismo, igual que Chávez, se quiere quedar veinte años. Tuvimos que soportar esa cosa despreciable del presidente que decía que el futuro presidente sería un pingüino o una pingüina, una falta de respeto. Es como decir que es lo mismo un animalito o el otro animalito, ustedes son más animalitos que nosotros. Y después la pingüina dirá ahora viene el pingüino... Por eso estoy recorriendo la Argentina: para evitar ser cómplices de eso. Vamos a ver qué pasa en estos 40 días hasta las elecciones, porque en la calle nadie me dice que va a votar a la pingüina. ¿Qué pasa acá?

   —Kirchner ha sido un líder más temido que amado. Y cuando el temor se agrieta aparecen las cosas ocultas. ¿No cree que frente a esto el ciudadano común hace oídos sordos cuando los bolsillos están más hinchados?

   —No estoy tan seguro. El argentino está mejor en algunas regiones, pero están empezando a colapsar los sistemas donde la gente más humilde tiene que utilizar servicios básicos. Y el tema número uno, que habla del bolsillo, empieza a aparecer: es la inflación. La gente empezó a sentir que no le alcanza la plata para llegar a fin de mes. Kirchner aplicó una política mentirosa, está haciendo lo mismo que hizo Martínez de Hoz Este plan para controlar la inflación. Está haciendo lo mismo que hizo Mazzorín para bajar el precio de los pollos, que es importarlos. Y ahora viene esta ideota de importar papas. Hoy la gente padece a Kirchner desde el bolsillo, y la política que aplica es neoliberal.

   —Con música progre...

   —(Risas). Tal cual, con música progre.

   —¿Un dólar tan alto no perjudica a los que viven de un salario? Casi todos los candidatos hablan de ponerlo “recontraalto”.

   —Yo no. El dólar alto beneficia a un sector en contra del desarrollo de la producción que produce poco y gana. Pero si lo dejamos flotar libremente estaríamos en 2,40 y no incidiría en las retenciones. Naturalmente, los asalariados tendrían un incremento instantáneo del 20 por ciento. Por otro lado, si quito las retenciones y se las devuelvo paulatinamente, estaría compensando. Hay que buscar puntos de equilibrio. El hecho de que exista dólar alto y un 45 por ciento de retenciones perjudica al productor. Hace más de 10 años que estamos con 50 millones de cabezas de ganado y, obviamente, en esa época el consumo era mucho menor.

   — Usted apuesta a que la gente rescate la experiencia de gestión frente al resto del menú opositor, pero desde la CTA y Ctera, su titular, Hugo Yasky, anuncia un paro por la muerte del docente Fuentealba y lo acusa a usted de ser responsable ideológico del asesinato.

   — Yasky es un empleado de Kirchner, que ha conseguido manejar la obra social de su gremio. En función de eso descalifican. Cargan sobre sus espaldas con el hecho de que militan hace 30 años y enterraron a la educación pública a partir de no tener proyectos ni propuestas superadoras. Como no pueden atacar las ideas y las propuestas atacan cobardemente con un hecho desgraciado que nos tocó vivir a todos los neuquinos. La utilización que hace Yasky es miserable. sospechosamente este señor no habla de lo que pasó en Santa Cruz, donde atropellaron a un docente.

   —¿Al ser vecino de Santa Cruz, como neuquino, le sorprende lo que pasa en la tierra del presidente?

   —No me sorprende. En Santa Cruz ya se dio la división entre gobierno y negocios. Allí, al no estar el patrón del feudo, empiezan a rebelarse. Acevedo se fue de la Gobernación por querer traer la plata de la infamia, que son los fondos extraviados de la provincia... ¿Quién maneja ese dinero? ¿Está en el mercado de los mafiosos rusos? ¿En una cuenta suiza? Si gana Cristina y la banda se pone a operar, vamos a terminar en todo el país como Santa Cruz.

   —El peronismo nunca aceptó conducciones bicéfalas que, cuando existieron, terminaron muy mal. ¿No se corre ese riesgo con Néstor y Cristina?

   —Kirchner tiene que cambiar la cara, el rostro de su gobierno. Está suavizando su gobierno con un discurso distinto, de hacer el gran pacto social, que es inexistente. Un pacto social se hace con empresarios, sindicalistas, medios, obispos. Pero después hablan de la concertación, que es concentración, lo mismo que hacía Duhalde. Esto es más de lo mismo, cambiarán el rostro y el sexo del presidente.

   —Hay una cuestión que la oposición no explica bien. Desde el gobierno se vive criticando a los 90, pero hoy los garantes del triunfo son Daniel Scioli, ex “hipermenemista”, y los barones del conurbano, ex “ultraduhaldistas”.

   —No conocí a alguien más alcahuete de Menem que Kirchner, y en la época de Duhalde andaba como un perrito faldero para que lo haga candidato a presidente. El consiguió que los dos lo apoyaran para sus aspiraciones presidenciales y les prestaran la tropa. Y como es un traidor, a los primero que denostó fue a Menem y a Duhalde. Y después del 28 de octubre va a traicionar a los intendentes del conurbano bonaerense. Va a decir que ellos son la vieja política y que Cristina es otra cosa. Ya lo quiso sacar a Manolo Quindimil (intendente de Lanús) y no pudo. Veremos qué pasa.
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