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domingo,
23 de
septiembre de
2007 |
Pacto social: “Al gobierno se le están escapando los piolines”
Economistas de izquierda analizan el llamado de Cristina al acuerdo social
“Al gobierno nacional se le están escapando los piolines y por eso la candidata oficialista plantea la alianza social, tratando de acordar con los distintos sectores de la burguesía ciertos niveles de inversión, salario, tarifas y demanda interna”. El economista Eduardo Lucita, director de la prestigiosa publicación económica “Cuadernos del Sur”, caracterizó el llamado de Cristina Fernández de Kirchner a la concertación como la necesidad de rearticular un modelo que, luego de cinco años de crecimiento económico, se enfrenta a la emergencia de los “desequilibrios estructurales de la economía argentina” y de “una crisis internacional de resultados y extensión incierta”.
Lucita participó en Rosario, junto al ex diputado nacional Mario Cafiero y el economista Leopoldo Markus (Corriente de Izquierda Nacional), de un panel sobre la situación económica organizado por el IEF, Attac y el Instituto de Estudios Sociales Manuel Ugarte. Los tres coincidieron en una visión crítica del modelo y subrayaron la falta de definiciones políticas para avanzar en “una verdadera política de desarrollo”.
Lucita reconoció que la economía argentina tuvo un crecimiento económico “muy importante” con tasas del 8% anual, favorecido por la devaluación del tipo de cambio y un buen contexto internacional. “Pero al cabo de estos cinco años se empieza a ver que los desequilibrios estructurales no fueron resueltos, la inflación se profundiza, el superávit fiscal comienza a achicarse y el superávit comercial empieza a evidenciar problemas, a punto de que no se pueden resistir las importaciones de China y Brasil”, señaló. Al mismo tiempo, la utilización de la capacidad instalada en la industria alcanza su techo y “frente a una burguesía como la argentina, que no es inversora”, si no se aumenta la capacidad productiva instalada, “va a tener que caerse de nuevo en un modelo neoliberal, enfriar la economía y achicar la demanda para que no exploten los precios”.
El escenario internacional, por otra parte, ya no presenta un fuerte viento de cola. “En caso de que la crisis bursátil se profundice se va a producir una recesión mundial y el signo de los precios se va a invertir”, agregó Markus, quien consideró este final como el más probable ya que “en EEUU las clases dominantes imperialistas están planteando un fuerte ajuste externo, que supone quitar para siempre la idea de que el dólar es una reserva de valor”.
Una de las consecuencias de este cambio es que, después de un plazo de dos o tres años, “vuelve el tema de la deuda”, ya que crece la dificultad para hacer frente a los vencimientos. “Si se computa todo, incluyendo la interna que se coloca para sostener el dólar, está en 180 mil millones de dólares, 40 mil millones más que en diciembre de 2001”, señaló Lucita.
Para el director de Cuadernos del Sur, la nueva situación obliga al gobierno a rearticular acuerdos “con los distintos sectores de la burguesía”. Por eso, aseguró, la candidata oficialista plantea “una alianza social que es algo más que un simple pacto de obreros y patrones”.
Según Markus, este es el sentido del programa que las entidades empresarias le plantearon a Cristina: “Pagar la supuesta deuda (la deuda externa fue declarada ilegítima en sede judicial luego de la investigación que impulsó Alejandro Olmos) con el Club de París, liberar las tarifas, hacer un fuerte ajuste fiscal y consecuentemente tocar el tipo de cambio en la medida que el superávit se vaya achicando”.
Un juego de equilibrio que no incluye un cambio estructural.
Para Cafiero, “cuando se habla del crecimiento se parte del piso de una de las crisis más grandes de la historia, pero si se toma el PBI per cápita del año 1974 no hubo crecimiento, hay una situación clara de estancamiento”. Desde su punto de vista, la historia de que “una devaluación provoca una reactivación ya se vivió en Argentina”. El tema es que “ahora queda claro que para retomar el crecimiento no hay capital y hemos caído de vuelta en el modelo de la dependencia de la inversión extranjera, entonces se empieza a hablar de que, en función de las necesidades del gobierno, hay que aumentar el superávit fiscal, es decir extraer plata de la economía, y mejorar las relaciones con las grandes potencias”.
Para Lucita “es innegable que la economía creció, lo que no hay es desarrollo que incorpore al conjunto de las fuerzas productivas y, si uno se remite a muchos atrás en la comparación, ya no tiene que hablar de modelo sino de capital”.
En ese sentido, “la carencia histórica de la burguesía argentina de acumulación de capital tiene que ver con la naturaleza del capitalismo dependiente en Argentina, donde la burguesía estuvo históricamente líquida, con dinero para sacarlo del país”.
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Lucita, Marjus y cafiero. "El gobierno busca un nuevo pacto con los sectores de la burguesía".
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