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domingo,
23 de
septiembre de
2007 |
Se repiten viejos conocidos
El conocimiento empírico me ha llevado a formular la teoría que dice que los estudios de gestión cultural decrecen en relación directa con el aumento de la corrupción (del sector), pues los posibles estudiantes se desaniman a priori viendo que los más capacitados siempre pierden en postulaciones donde también se presentan otros, brutos pero apadrinados. Comparado con otros sectores públicos, la corrupción moral, el amiguismo en el sector de la cultura es desorbitante. Y lo estoy sufriendo en carne propia. Desde que en 1996 volví a residir en Rosario procuré vanamente leer mis escritos en el Festival Internacional de Poesía que la Municipalidad y la provincia organizan todos los años. Un "responsable" del festival no lo quiso, sin más argumentos que una copa en mano: me quiso pegar y lo tuve que denunciar. Luego un funcionario de la provincia, con pipa, me dijo que aunque mi poesía le gustaba, que no se me ocurriera volver por su despacho. Otra vez, una funcionaria de la provincia, muy fan de Reutemann, me dijo: "Antes de leer vos tenés que venir a escuchar a otros" (ella lee festival por medio). Este año me pidieron de nuevo libros míos —por enésima vez: estoy en las librerías— para evaluar mi participación. Pero la portavoz de este sempiterno clan chabacano me vetó diciéndome que "lo sentía mucho" porque ella era la primera en negarse a repetir los mismos participantes festival tras festival pero… este año es una nueva excepción y se repiten viejos conocidos nombres
Horacio de Zuasnabar
DNI 11.125.183
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