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sábado,
22 de
septiembre de
2007 |
Sin bruja que valga
No hay caso. Habrá que llamar a otra bruja para la próxima. Es que Central no puede superar el karma de no poder extender su bienestar luego de ganar un clásico. Ayer no fue la excepción. Y eso que no fue por una cuestión de actitud porque hasta estuvo pasado de revoluciones. Tampoco de falta de situaciones, porque contó hasta con un penal. Cosa e’ mandinga, a esta racha no hubo con qué darle.
A los números hay que remitirse. Con la derrota ante San Lorenzo, se extenderá a más de 25 años la seguidilla de Central. Y no fue la 13 la vencida, ya que hasta anoche acumulaba 12 posclásicos sin alegrías.
Héctor Chazarreta, aquel rendidor volante canalla de la década del 80, ni debió imaginar que aquel gol ganador frente a Central Norte, en Salta, marcaría un ícono. Es que ese partido del Nacional 1982 sería el último triunfo de Central tras derrotar a Newell’s.
Desde entonces, y contando el encuentro de anoche, Central sumó 5 derrotas y 8 empates luego de la alegría clásica. Y no pudo superar esta marca, como se había propuesto el plantel durante la semana.
Y no es que Central no haya creado las situaciones para tener una mejor suerte. San Lorenzo llegó poco e hizo mucho, mientras que el equipo de Ischia contó con tres chances inmejorables.
Una se la contuvo Orión a Arzuaga, quien disparó casi a quemarropa apenas afuera del área chica. La otra la perdió Belloso, quien se lanzó en palomita dentro del área para darle con todo a un centro desde la derecha pero, solo, la cabeceó afuera.
Y la mejor fue el penal. Hirsig cometió tres torpezas seguidas. Primero rechazó sobre la espalda de un compañero y la pelota le volvió. Luego quiso cubrirla y Costa se la quitó arrojándose al piso. Y por último lo hizo trastabillar de atrás en el área, cometiéndole la pena máxima cuando el volante encaraba al arco. Pero Arzuaga hizo lo contrario del clásico (ver página 4) y la tiró arriba del travesaño.
La otra chance, la mejor canalla del complemento, fue el descuento de Vizcarra al final, luego de una apilada de Costa ingresando por derecha y tirando el centro atrás para el goleador. Pero sirvió de poco.
De no creer. Si hasta igualó el peor inicio en torneos cortos, el del Clausura 2000 con Bauza, y entró en Promoción de nuevo. No hubo bruja que alcance para este maleficio. l
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