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sábado,
22 de
septiembre de
2007 |
De héroe a villano
Mariano Berteznicki / La Capital
Misma situación. Distinto escenario. La mayoría había comenzado a gastar a cuenta. La masa auriazul imaginaba el desenlace efectivo de la última presentación, salvando las diferencias y contexto que sólo el clásico puede brindar. Pero esta vez el colombiano Arzuaga terminó mandando el penal a las nubes y todo fue desilusión en ese instante. El Tanque había dilapidado la gran ocasión de empardar el partido cuando el final del primer período estaba prácticamente en puerta.
No terminó bien la semana el atacante cafetero, pese a que ante la Lepra se había llevado todos los flashes. Una molestia muscular (que arrastra desde Banfield) y luego una repentina faringitis lo condicionaron. Pero salió anoche desde el vamos a la cancha a pesar de no haber estado en plenitud física y aguantó el desarrollo.
Si bien Arzuaga tuvo sus instantes para volver a quedar en la gloria, la mala puntería le jugó una mala pasada. Y se diluyó en la intrascendencia.
En cuanto a la puesta en escena de anoche, no dio los dividendos. Con las bajas obligadas de Papa y Núñez, Ischia sacó de boxes a Martín García para el lateral izquierdo. Y reubicó a Damián Díaz como volante por ese flanco.
Kitu y Chapita formaron, junto al Kily González, una sociedad de alto riesgo. Y cuando el tridente coordinaba apareció la dinámica canalla. Pero en el complemento, con la correcta expulsión de Borzani, hubo un cambio de roles. Porque Díaz cambió de andarivel y García no subió tanto.
Central seguía torcido a esa altura pese a la insistencia permanente de sus hombres que lo llevaron a descontar. Pero no le puso orden e ideas al ímpetu y lo pagó demasiado caro. l
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