Resurgir de las cenizas

Pasaron tantas cosas durante la semana rojinegra que el partido de hoy ante Argentinos Juniors quedó relegado a un segundo plano. Es que una vez consumada la derrota ante Central, el club se transformó en un verdadero polvorín. No se trató de un resultado adverso cualquiera. Fue un mazazo que desestabilizó todos los cimientos. Arrasó con la gestión de Pablo Marini, reforzó la sensación de que en Newell’s la barra brava hace lo que quiere, hasta el extremo de irrumpir en el vestuario para apretar al ahora ex entrenador y obligarlo a renunciar. Pero eso no fue todo. El gol de Arzuaga también dejó a un equipo con una parálisis alarmante para encarar lo que viene. Demasiado dinamitado el terreno por apenas tres puntos perdidos, por más que sean en un clásico.

   Hasta tanto designe al nuevo entrenador, el presidente Eduardo López eligió a José Machetti para que se ponga al frente de la situación con el buzo de DT. En realidad ya es una costumbre que el conductor de la reserva leprosa se anime a caminar por entre las brasas. Cada vez que el banco de primera es un fierro caliente, su nombre aparece para aguantar al técnico entrante.

   Igual, que Machetti tenga bien claro que su ciclo se encuadrará dentro de un interinato no significa que dejará al libre albedrío el armado del equipo. De hecho, para el encuentro de hoy tomó algunas decisiones. No fueron movimientos estridentes ni determinaciones que vayan a sorprender a alguien. Dentro del material disponible trató de elegir sin que el equipo sufra más trastornos de los que tiene. Todo indica que para reemplazar a los lesionados Husain, Vangioni y Da Silva, Machetti les abrió las puertas a Héctor Gaitán y Salcedo. La otra plaza la dirimen Lucero y Leandro Torres. En la práctica de ayer en Bella Vista no confirmó esta movida y tampoco la inclusión de Ariel Zapata. En el caso de que el Pepi no juegue, Villagra está muy bien posicionado para reemplazarlo.

   El momento futbolístico de Argentinos Juniors tampoco ayuda demasiado para que Newell’s pueda resurgir de las cenizas. Es un equipo que está en condiciones de romperle el sistema nervioso a más de uno. Encima en el banco visitante estará Néstor Gorosito, el entrenador de Central en el fatídico 4 a 1 del Apertura pasado. La presencia de Pipo no es un puñal como el que le clavaron al equipo hace unos días en el Coloso. Pero igual este plantel, con la moral por el piso como tiene, no está para soportar que el DT del rival de turno le eche un poco más de alcohol a una herida que tardará en cicatrizar.