El 48% de quienes dejaron de fumar sostienen la decisión al menos un año

Es el resultado de una evaluación hecha en los cursos gratuitos para abandonar el tabaco. Según los especialistas es un dato positivo. Ya se sumaron casi 4.000 personas

Florencia O'Keeffe / La Capital

Rosario es pionera en el país en el dictado de cursos gratuitos para dejar de fumar. Desde que comenzaron, hace tres años, alrededor de 4.000 personas fueron en busca de información y herramientas que les permitieran alejarse del mal hábito. Gracias a esa decisión y al apoyo que encontraron en los cursos dictados por la municipalidad, el 48% logró no fumar al menos por un año, un hecho que los especialistas consideran positivo.

   Los cursos, dictados por un equipo interdisciplinario que incluye médicos, psicólogos, profesores de educación física y trabajadores sociales, tienen una duración de cinco días. Una vez que finalizan, los participantes pueden optar por concurrir a charlas semanales de autoayuda por el tiempo que consideran necesario. En tanto, se les hace un seguimiento telefónico al mes, a los tres meses, a los seis y al año para evaluar la adherencia a la decisión que tomaron: el 48% de los participantes no volvió a fumar en el plazo de 12 meses. “Se considera que una persona dejó de fumar cuando pasó un año sosteniendo la determinación”, explicó la médica neumonóloga Beatriz Amigot, coordinadora del área de salud respiratoria de la Secretaría de Salud municipal. “Sin embargo eso no quiere decir que no puedan tener recaídas”, destacó.

   De las casi 4.000 personas que ya hicieron los cursos gratuitos que se desarrollan en el Colegio de Farmacéuticos, la mayoría comenzó a fumar a los 17 años y en promedio fumaron más de un atado por día. Casi todos se anotaron impulsados por un familiar (hijos, nietos o pareja) y pocos por indicación médica. “Nos llama la atención que la gente, en general, no relaciona al cigarrillo con problemas cardiovasculares, algo totalmente comprobado. Eso sí: saben que el tabaco aumenta el riesgo de cáncer y de enfermedades respiratorias aunque lo ven como algo que no les va a suceder a ellos”, comentó Amigot.

   Las “trampas” de la adicción son los puntos difíciles con los que los profesionales tienen que trabajar y los participantes lidiar. “Es una adicción compleja porque el cigarrillo es una droga permitida”, destacó Beatriz Martinelli, directora general de Programación de Salud de la Municipalidad y agregó: “Los hombres y mujeres que vienen al curso manifiestan temor respecto de cómo será su vida sin cigarrillo; tienen que hacer un duelo ya que ha sido para ellos un amigo que los acompañó durante muchos años de su vida”.

   “La verdad es que me cuesta imaginar qué voy a hacer en determinados momentos sin un pucho a mano, pero del curso me llevo recursos que creo que me van a servir”, dijo Mario, 36 años, soltero.

   Miriam, de 57 años, fumaba desde los 25. “Empecé dando unas pitadas, pero de a poco llegué a fumar 20 cigarrillos por día. Desde el lunes no fumo más”, contó al terminar el curso. “Vamos a ver qué pasa. Yo era de las que decían de algo hay que morir, pero ahora tengo tomada la decisión”. Con la presión sanguínea algo elevada y unos kilitos de más, Miriam dijo basta, y en estos primeros días sin cigarrillo ya sintió la diferencia: “Dejé de toser todas las mañanas y ya no tengo picazón en la garganta, los primeros efectos positivos fueron inmediatos”, relató con alegría. l

¡Lo logré! Miriam fumó la mayor parte de sus 57 años pero la semana pasada, junto a un numeroso grupo de hombres y mujeres, hizo el curso para alejarse del cigarrillo y ya se siente mucho mejor.