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 sábado, 08 de septiembre de 2007  
“El discurso de la seguridad conduce hacia el autoritarismo”
El magistrado afirmó que la lentitud de la Justicia penal es un problema de toda Latinoamérica

Rodolfo Montes / La Capital

En la antesala del despacho de Eugenio Zaffaroni se escucha folclore fusión y se toma mate, que la secretaria ofrece para amenizar la espera. Al rato el juez de la Corte abre la puerta y lanza la primera sonrisa de una entrevista que estará dominada por el buen humor.

Enciende el primer cigarrillo rubio, ultra fino, y comienza: “La lentitud de la Justicia penal (que hace que los presos no condenados sean muchos más que los condenados) es un problema de toda América latina”. Trascartón, acerca otros datos, “el riesgo es imitar a Estados Unidos, donde hay un sistema que condena a todos, y los que no pueden pagarse un abogado de lujo terminan por aceptar un sistema de negociación, que implica una pena intermedia. Un sistema extorsivo que se aplica en el 95% de las causas.

—Por eso ese país tiene una enorme cantidad de presos.

—EEUU tiene un índice de prisionización que es casi 6 veces más grande que la media mundial, con excepción de la Rusia de Putin, que casi iguala a la Norteamérica de Bush. EEUU tuvo un aumento geométrico del número de presos desde los años 80. Una política que consiste en pasar recursos del sistema asistencial de sectores pobres al sistema penal. Así llegaron a los actuales 2 millones de presos, y 6 millones de controlados por el sistema punitivo. En Estados Unidos, de cada tres negros (hombres) menores de 30 años, uno está preso.

—No faltará quien diga “el que hace algo malo allá, va preso; en cambio, en la Argentina nadie va preso”.

—Claro, primero que Argentina no puede tener el déficit fiscal de EEUU porque no fabrica dólares, pero lamentablemente nos llega la propaganda de toda esa empresa: el segurismo autoritario, que anuncia un camino hacia el autoritarismo.

—En la opinión pública, en los espacios sociales y en los medios de comunicación la cuestión es la inseguridad.

—El discurso del segurismo se metió en la política y en los medios. Se convirtió en un discurso único que apunta directamente a un totalitarismo absurdo. Porque ni siquiera es el totalitarismo de Hitler, Mussolini o Stalin, que fue perverso pero tenía edificios militares, uniformes, teoría y académicos que la difundían.

—Había una estética. ¿El segurismo actual no la tiene?

—Yo veo algo gris, chato, una “huelga de la inteligencia”, como dijo Edgar Harden (intelectual estadounidense), dominando el final del siglo anterior y el principio del actual.

—El discurso del segurismo es exitoso, al punto que hoy está al tope de cualquier encuesta de opinión como la principal preocupación de la sociedad.

—Claro, si tenemos cadáveres todo el tiempo por televisión, naturalmente nos sentimos un poco inseguros.

—Otra definición peyorativamente es “juez garantista”. ¿Usted es garantista?

—Mire, si los jueces no somos garantistas, ¿para qué estamos los jueces? En ese caso podríamos dejar que actúe la policía sola y nosotros nos vamos a casa. El segurismo totalitario es absurdo, podemos vivir todos en una cárcel, pero la pregunta ahí sería ¿quién controla al carcelero?

—El discurso del segurismo crece, pero ¿la criminalidad crece o decrece?

—Hay muy pocos datos y nadie los controla, los recoge ni los analiza. Para combatir razonablemente un fenómeno necesito antes saber de qué se trata. Tengo un crimen, bien: ¿cómo fue?, ¿a qué hora?, ¿entre conocidos?, ¿intrafamiliares?, ¿por robo?, ¿qué tipo de robo?, y así muchas preguntas más. Ahora, si tengo un crimen y no sé nada más, no puede tener un plan de prevención.

—¿Esto es deliberado?

—Estoy demasiado viejo para creer en conspiraciones, pero todavía tengo neuronas para creer en funcionalidades.

—Así y todo, la seguridad se lleva mucho presupuesto, ¿por qué no tiene resultados?

—Porque es un rubro que tiene poco control. Cuando tengo que gastar, ¿compro cámaras de video, un helicóptero o compro los chalecos de fuerza que fabrica mi cuñado?

—Cómo ve la pelea entre la Casa Rosada y Mauricio Macri por el manejo de la policía?

—Para cualquier político el manejo de la policía es un mal negocio, y hay riesgos de una transferencia de golpe. “Tomá, agarrala”? si el Gobierno porteño no tiene un plan de recepción de la policía, en dos años podríamos tener otro (Pedro) Klodczyk (ex jefe de la Bonaerense, ya fallecido, con muchas causas por delitos).

—Macri cree que con la policía puede restablecer la seguridad en Capital Federal.

—No conozco que tenga ningún programa serio, y espero que lo tenga y que no sea un mero eslogan de campaña.
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Zaffaroni criticó el sistema penal de EEUU y reivindicó el garantismo.

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