El Partido Socialista tuvo un congreso en paz

Rodolfo Montes / La Capital

El baño de agua fría resultó, y el acuerdo político se cumplió. “Vos no me impugnás lo mío, yo no te entorpezco lo tuyo” fue el acuerdo para sacar a flote el congreso del PS celebrado ayer en la Capital Federal. Rubén Giustiniani fue proclamado vice de Elisa Carrió por la casi totalidad de los congresales presentes, en tanto el sector que rechaza a Carrrió esperó expectante, en un local del Sindicato de Telefónicos ubicado a unos cien metros de Unione y Benevolenza, donde se celebró el cónclave. Si se violaba “el acuerdo”, estaban listos para intervenir.

Carrió y Giustiniani cerraron el congreso. Eran las cinco de la tarde y todos respiraron satisfechos. Por un lado, el sector oficial había logrado concretar un viejo plan: colar al PS en una fórmula presidencial no testimonial. Y por el otro, los socialistas referenciados en Jorge Rivas y Ariel Basteiro (provincia de Buenos Aires) y otros distritos socialistas contrarios a la alianza con Carrió, como Córdoba, La Rioja, Río Negro, Santa Cruz y Salta, entre otros, quedaron liberados a jugar sus alianzas locales con el kirchnerismo u otros formaciones de izquierda, aunque no necesariamente con el ARI de Lilita.

Nadie impugnó la decisión del otro y quedaron para otra oportunidad los anunciados castigos (se habló de expulsiones) para aquellos que no acataran la línea política mayoritaria.

Como a una reunión de Navidad a la que nadie quiere ir, pero no hay más remedio que dar el presente, la familia socialista respiró hondo, controló el encono y la furia que varios de sus miembros se despiertan mutuamente. Al cabo, con la estrategia de estar cerca pero no juntarse, se evitó terminar a los sillazos justo en la semana del mayor logro histórico del socialismo (la Gobernación de Santa Fe ( tanto Hermes Binner como Miguel Lifschitz estuvieron ausentes). Hubiera sido un pésimo negocio de suma cero para todos.

 

Jabones y queso. Con el acuerdo político en marcha, apenas se vio un congreso pequeño, de baja estatura política y corto en cantidad de intervenciones. De todos modos, se sucedieron los previsibles apoyos a la figura de Elisa Carrió, en línea una argumentación clásica: “Carrió demostró honestidad y denuncia la corrupción” se dijo una y otro vez. Sin embargo, entre los pocos discursos contrarios a la aprobación de la candidata de la Coalición Cívica, se escuchó al rosarino Juan José Tato Tealdi, ahora representante de Río Negro: “No nos sirve este posicionamiento nacional con Carrió, nos rompe el trabajo que venimos haciendo en la provincia”, explicó. Y luego sacó un jabón de su bolsillo y abundó: “Este que ven acá es un jabón, tiene forma y olor a jabón, pero algunos creen que se trata de un pedazo de queso”, disparó.

Luego, Tealdi aseguró a La Capitalque siente por Giustiniani tanto afecto “como si fuera mi hermano, pero en este caso está equivocando la línea política”.

El ex militante de la Facultad de Ingeniería de Rosario (donde hizo su amistad con Giustiniani) fue una de las voces que propició la opción Pino Solanas como candidato a presidente.

Fue considerada por la plana mayor, incluido Binner, quien tuvo una opinión favorable del cineasta. Pero la decisión de Pino “llegó tarde, ya teníamos todo armado con Carrió”, aseguran.

En la intimidad, el núcleo más cercano al presidente del PS cree que Solanas “no superará la marca de candidato testimonial”, y aducen que con Lilita llegarán al ballottage.