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sábado,
08 de
septiembre de
2007 |
Dos imputados por el caso del libro bomba
Los investigadores de los atentados con bombas contra un subgerente de la empresa Nestlé tienen en la mira a dos sospechosos, uno de los cuales tuvo problemas laborales con el directivo, informaron anoche fuentes judiciales. El dato surge de las declaraciones y pruebas que en las últimas horas estuvo recolectando el fiscal de Vicente López John Broyad, quien trabaja sobre una pista firme, pero no pidió ninguna detención.
El fiscal investiga el estallido de un libro bomba, ocurrido el miércoles por la mañana en la sede de Nestlé de Vicente López que iba dirigido al subgerente de informática, Cristian Antonello.
Sin embargo, el libro “Dominio del mercado digital”, fue abierto por el superior inmediato de Antonello, Cosme Venecialle, quien casi pierde parte de un dedo y sufrió quemaduras.
Broyad investiga un atentado contra la casa de la ex mujer de Antonello, en General Pacheco, donde el mismo día por la noche explotó una bomba casera que rompió un vidrio pero no causó heridos.
Los pesquisas no tienen dudas de que un hombre que tuvo conflictos laborales con Antonello y lo estuvo amenazando está detrás de los ataques y que actúa con un cómplice que se desconoce si también estuvo ligado a esos problemas o simplemente fue contratado por él.
El primer atentado fue el miércoles pasado poco antes de las 11, cuando Venecialle abrió el envoltorio de celofán de un libro sobre informática que el día anterior Antonello había recibido y le había regalado.
A través de los videos de las cámaras de seguridad de la empresa, se pudo ver que el martes Antonello fue a la planta baja a retirar el sobre, lo abrió y se colocó el libro bajo el brazo, pero sin sacarle el celofán. Si el hombre lo hubiera hecho, habría resultado gravemente herido o muerto, aseguraron las fuentes.
El segundo ataque, en la casa donde viven la ex mujer y las dos hijas menores de Antonello, fue el que permitió (en base a la declaración de testigos) determinar que la bomba fue colocada por dos personas.
Ese artefacto no tenía mucho poder, pero el libro bomba estaba armado con un explosivo que todavía se desconoce cuál es, pero que dejó un agujero de 20 por 20 centímetros en el escritorio de Venecialle y en una silla. (Télam)
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