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 sábado, 08 de septiembre de 2007  
Los ricos viven 30 años más que los pobres

La esperanza de vida en los países más ricos del mundo excede actualmente en más de 30 treinta años a la de los países más pobres, según precisó ayer la Comisión Global sobre los Determinantes Sociales de la Salud, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud.

En Gran Bretaña y otros países similares del mundo industrializado, la esperanza de vida era de 78,8 años en el período 2000-2005, lo que representa un incremento de más de siete años con respecto a la del período anterior de 1970 a 1975.

En ese mismo lapso, sin embargo, la esperanza de vida en los países subsaharianos sólo se incrementó en cuatro meses hasta un total de 46,1 años, señala el informe provisional de la comisión, publicado por la revista médica The Lancet.

De acuerdo con el profesor Michael Marmot, presidente de esa comisión, creada en el 2005 por la OMS, el estatus social es un elemento clave a la hora de luchar contra las desigualdades en materia de salud. En los años 80, un estudio pionero sobre los funcionarios públicos británicos demostró que el riesgo de muerte de quienes ocupaban los escalones más bajos de la carrera era cuatro veces superior que la de los que más habían escalado.

Según ese experto, citado por el diario The Independent , la diferencia entre unos y otros estaba relacionada con el grado de control que el individuo ejerce sobre su propia vida. Para Marmot, la misma regla es aplicable a los ciudadanos de los países pobres: conforme ésos mejoren de status social y aumenten el control sobre su propia vida, más mejorará su salud porque serán menos vulnerables a las amenazas económicas.



Significativo. “Cuando uno piensa en la gente en los países pobres, lo primero que viene a la mente son problemas como la pobreza, la falta de vivienda y de agua corriente o la exposición a las enfermedades infecciosas”, afirma el experto británico. Pero según Marmot, hay otro factor muy importante, la gradación social en materia de salud, que él califica de “síndrome del status”.

“No son sólo quienes ocupan el lugar más bajo de la jerarquía los que tienen la peor salud, sino que ese fenómeno ocurre en grado distinto a lo largo de toda la escala”, explicó el científico. “Quienes ocupan el penúltimo lugar tienen peor salud que los que están en el escalón superior, pero superan en salud a quienes están por debajo de ellos en la escala social”, afirmó.

Según el informe, los efectos del síndrome de status se extienden desde el último lugar hasta el primero de la jerarquía, de manera que los adultos suecos con un doctorado tienen mayor esperanza de vida que los que sólo poseen una licenciatura. “Esa gradación es un fenómeno mundial que afecta a todos los países, ya sean pobres, ricos o de renta media. Todos estamos implicados”, señaló Marmot.
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