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 sábado, 08 de septiembre de 2007  
El Papa homenajeó a los judíos asesinados por los nazis

El Papa Benedicto XVI guardó ayer un minuto de silencio en la Plaza de los Judíos en Viena en recuerdo de las víctimas del exterminio judío. El Pontífice, acompañado en su homenaje por el rabino superior de Viena, Paul Chaim Eisenberg, hizo una breve reverencia frente al monumento conmemorativo.

Antes de su visita a Austria, Benedicto había anunciado que acudiría a la plaza para mostrar su “tristeza, fidelidad y amistad con los hermanos judíos”.

El acto, calificado de “profundamente simbólico”, siguió a una celebración litúrgica en la vecina Plaza de la Corte, donde el Pontífice se vio obligado a interrumpir su alocución frente a unos 7.000 fieles por un fallo de megafonía.

En la plaza, situada en el centro de Viena, el cardenal de esta ciudad, Christoph Schonborn, recordó la persecución de la que fueron víctimas los judíos y pidió no olvidar que las raíces del cristianismo están en el judaísmo. “Pedro era judío. Los apóstoles eran judíos. María era judía, y su hijo, Jesús, nuestro Señor, también lo fue a través de ella”, dijo Schonborn.

“Una de las tragedias de esta ciudad es haber olvidado esas raíces, haberlas negado hasta llegar a tener la voluntad atea de aniquilar el pueblo que primero amó Dios”, agregó el cardenal.

En la zona de la Plaza de los Judíos se llevó a cabo al exterminio de la población judía. En la sinagoga de la plaza, varios cientos se suicidaron en conjunto. Otros 300 fueron quemados en las inmediaciones.

Con el minuto de silencio terminó la primera parte de la visita de tres días del Pontífice a Viena.

Por la noche, el Sumo Pontífice recordó con insistencia las raíces cristianas del continente europeo.

“Europa no puede y no debe negar sus raíces cristianas. Son un fermento de nuestra civilización en el camino hacia el tercer milenio”, dijo Benedicto ante el presidente austríaco, Heinz Fischer, y numerosos diplomáticos austríacos en el Wiener Hofburg (el Palacio Imperial de Viena).

En este sentido también apuntó hacia la Tercera Asamblea Ecuménica que se celebra en Sibiu, Rumania, donde “se expresa en medio de Europa el testimonio de la fe católica”, afirmó Joseph Ratzinger.



Enorme desafío. El Papa consideró que el continente se encuentra ante enormes desafíos, en vista de las presiones de la economía moderna: “La muy citada globalización no puede ser detenida”, subrayó.

Es empero “una tarea urgente y una gran responsabilidad de la política darle a la globalización determinadas reglas y fronteras, de modo que no se realice a expensas de los países más pobres y los pobres en las naciones ricas y alcance a las próximas generaciones como una desventaja”, subrayó.

Benedicto arribó al aeropuerto de Viena poco antes del mediodía de ayer. La ceremonia de bienvenida tuvo que ser trasladada del aeropuerto a un hangar cercano debido a las torrenciales lluvias. El presidente Fischer y el cardenal Christoph Schoenborn le dieron la bienvenida. (DPA)
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Benedicto XVI saluda a los fieles congregados en la vienesa Plaza de los Judíos.

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