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 sábado, 08 de septiembre de 2007  
Inodoro Pereyra invita a leer en la Escuela 6.389
Con talleres, juegos y lecturas, el colegio de la zona sur abrió su biblioteca escolar

La Escuela Nº 6389 Federico de la Barra está de fiesta con la lectura: esta semana reabrió su biblioteca escolar. Los chicos eligieron llamarla “Inodoro Pereyra”. Ahora la recorren y dejan en el cuaderno de visitas frases como esta: “Los libros son sensacionales y bellos y bonitos” (Nicolás Garay Britos, del primer ciclo).

Pequeña, de colores, con libros al alcance de todos, la biblioteca se dibuja entre estantes, mesas y exhibidores de lecturas para los más chicos. La puerta es toda una invitación a pensar que ese es un espacio diferente: vidrios de colores y el personaje de Fontanarrosa sentado al frente dan la bienvenida.

El día de la nueva inauguración —el martes de esta semana— un desfile interminable de chicos hojeaba los cuentos de Laura Devetach, Adela Basch, Graciela Montes y Javier Villafañe. Otro tanto revisaba los juegos de mesa y videos que también forman parte de la biblioteca escolar. Al tiempo que una cola de alumnos se tomaba su tiempo para dejar estampado sus nombres en el cuaderno de visitas. “Te deseo lo mejor, estás más linda que nunca”, dedicó Makarena Flores, de 6º año.

En el patio, una narradora regaló buenas historias e invitó a buscarlas en los libros, al tiempo que una serie de talleres se abrieron a todos. Insólitamente, el más visitado fue uno muy tradicional: el juego del ahorcado.

Iván Fernández, Steven Ortega y Mauricio Alex, de primer grado, revisan los cuentos dispuestos sobre una de las mesas de la biblioteca. Muy cerquita están Florencia Echagüe, Rocío González y Nicole Fernández, que aseguran que “les gustaría llevarse a su casa libros para leer”.

Entre los invitados a recorrer el nuevo espacio estaban los padres. Nora Melani es la mamá de Alan, un nene de 3º año, que se muestra encantada con la biblioteca, “porque les sirve para leer más”, a la vez que agrega que le gustaría que el espacio fuera para todo el barrio. Esta idea de la lectura la retoma Perla Sigal, maestra de 6º año, para valorar el esfuerzo que significó trabajar en esta iniciativa.



Un poco de historia

El nuevo espacio tiene su historia. Comenzó con la idea de los directivos de la escuela de Uriburu al 2500 de cambiarle la cara a un pequeño lugar destinado a los libros. “Buscamos un aula nueva, la acondicionamos, hicimos colectas y pedimos donaciones de buena literatura”, recuerda la vicedirectora Nora Schujman. Para los directivos y docentes, un hecho destacable de esta iniciativa fue la votación de la que participaron los 800 alumnos de la escuela (de 1º a 7º) para bautizarla.

La escuela 6389 no cuenta con cargo de bibliotecario, por ahora la atención se la reparten entre un personal administrativo, docentes, directivos y los propios alumnos. Además, está en los planes ir por más: “Queremos formar aquí una biblioteca popular”.

Mientras tanto, Schujman asegura que la propuesta es que los chicos se acerquen, lean, toquen los libros, se los lleven a la casa y disfruten de buena literatura”. Según afirma, “en el proyecto de la escuela está instalada la importancia de la lectura, acercarles a los chicos buenos materiales de lectura y que la misma se convierta en un lugar de placer”. Lo mismo que afirma un Manifiesto de la Unesco, sobre la importancia de las bibliotecas escolares.


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Sencillo y colorido, el espacio fue bautizado por los chicos con el nombre del gaucho creado por el Negro Fontanarrosa.


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