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sábado,
08 de
septiembre de
2007 |
Nos golpean de nuevo
Quisiera por este medio expresar la gran angustia que están pasando los trabajadores de la cooperativa La Cabaña. Es indignante que dos personas se lleven el trabajo, los sueños y el esfuerzo de 43 hombres y mujeres, de 43 familias. Ese esfuerzo que se fue logrando día a día con el único fin de poder tener un futuro digno. Hace ya más de dos años vi a mi padre sufrir y llorar por una quiebra fraudulenta que lo dejó en la calle a los 50 años de edad, con cinco hijos y sin esperanzas. Esta empresa es su vida, trabaja en ella desde los 20 años y sueña con sacarla adelante. Por eso, cuando todos pensábamos que no había solución alguna, ellos juntaron fuerzas y voluntad y levantaron una fábrica que había quedado en ruinas y que había sido vaciada por sus dueños, quienes quisieron sacarles hasta las herramientas de trabajo. Hicieron frente en cuerpo y alma a la situación y trabajaron arduamente para dar esperanzas a sus familias. Hoy, nuevamente veo lágrimas de angustia y dolor en el rostro de mi padre; y siento mucha bronca, dolor e impotencia. ¿Por qué un hombre que luchó y trabajó toda su vida, y lo sigue haciendo cada día para poder darle a su esposa e hijos una casa propia, tiene que sufrir esta injusticia? La noche del 3 de septiembre, los delincuentes no sólo se robaron los ahorros de 43 trabajadores, también se llevaron años de esfuerzos y nos dejaron con el alma herida. Porque para mi padre, para todas estas familias y para mí, es una dolorosa pérdida, nos sacaron parte de un sueño, de un futuro. Por eso hoy digo: "Papá, no bajes los brazos, no te rindas, tu esposa y tus hijos estamos con vos".
Cintia Cardozo, DNI 31.116.489
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