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 sábado, 25 de agosto de 2007  
ETA atentó contra la Guardia Civil en el País Vasco
La explosión causó dos heridos leves y graves daños. El gobierno español condenó el ataque

a dos guardias civiles y dejó cuantiosos daños materiales. La explosión tuvo lugar junto al cuartel de la Guardia Civil en la localidad vizcaína de Durango, en la provincia de Vizcaya, hacia las 3.30 de la madrugada. La bomba estaba compuesta por entre 80 y 100 kilos de explosivos.

Las instituciones y los partidos políticos condenaron el ataque. El gobierno español advirtió a ETA de que seguirá trabajando “para que todos los terroristas, tarde o temprano, terminen en la cárcel”. El brazo político del grupo armado, la ilegalizada Batasuna (Unidad), evitó una vez más condenar el ataque terrorista, al igual que Acción Nacionalista Vasca (ANV), formación que tomó su relevo en las elecciones municipales de mayo.

Al final de una manifestación de la izquierda abertzale en Bilbao en la que participaron unas dos mil personas, el portavoz de Batasuna, Pernando Barrena, instó, “después de lo de Durango”, que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se deje de amenazas y explique a la sociedad por qué rechazó una oferta de ETA de un “desarme definitivo” a cambio de un acuerdo político que reconociera el derecho a decidir de Euskal Herria.

La explosión tuvo lugar luego de que un encapuchado estacionó un utilitario junto al cuartel. Un agente le advirtió que no podía hacerlo pero el terrorista salió corriendo y escapó junto con un cómplice en otro vehículo. El agente trató de evitar la explosión, pero no tuvo éxito. La furgoneta había sido robada dos días antes.



Zona de guerra. La explosión causó heridas leves a dos guardias civiles, que fueron dados de alta poco después de ingresar con cortes en un hospital, y ocasionó cuantiosos daños materiales: una veintena de vehículos destrozados —10 de la Guardia Civil y 12 particulares—, destrozos en edificios linderos y en ocho viviendas dentro del cuartel.

El automóvil, con patente portuguesa, en el que huyeron los terroristas apareció una hora después incendiado a causa de una explosión, presumiblemente para borrar huellas, en la localidad de Amorebieta, situada a pocos kilómetros de Durango. El automóvil había sido alquilado hace unos meses en Lisboa.



“Tuvimos miedo”. Muchos vecinos se lanzaron a la calle tras el estruendo que los despertó en la madrugada. Ventanas rotas, persianas arrancadas, gente temblando. “La puerta estaba destrozada explica un vecino de un inmueble afectado por la onda expansiva. Unos y otros cuentan que tuvieron miedo. “Salimos a la calle con lo puesto y con un susto enorme”, dicen. E inmediatamente añaden con alivio que esta vez no hubo que lamentar víctimas fatales.

En España se temía un atentado en cualquier momento desde que ETA, que en su reivindicación de un País Vasco independiente mató a más de 800 personas desde 1968, anunció el final del alto el fuego en junio.
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Vehículos dañados de la Guardia Civil en Durango tras la explosión.

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