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sábado,
25 de
agosto de
2007 |
Espacios sagrados
Durante una peregrinación, en este caso con motivo de la celebración de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral en Tilcara, se ponen de manifiesto caracteres culturales profundos que expresan diversos aspectos de una cultura que persiste en el tiempo y en el espacio. El santuario como centro de peregrinaje representa el espacio sagrado, lugar al cual concurren peregrinos venidos de apartados lugares para cumplir promesas o agradecer a la Virgen por los favores otorgados. Allí encuentran una carga de energía que les proveerá las fuerzas necesarias para un nuevo año. Esta unión mística se ve reflejada año a año en la emoción de los devotos de la Virgen en su encuentro con el santuario tras la ascensión al cerro en peregrinación.
La devoción se manifiesta como un fenómeno de enorme riqueza, en el cual se unen lo sacrificial centrado en el esfuerzo tanto físico como emocional que representa subir el cerro en un terreno áspero y escarpado; lo ritual dado en la apoyatura rítmica y repetitiva de la música ejecutada por las bandas de sikuris y en las pautas organizativas con las cuales las bandas se organizan y en lo simbólico, puesto que invertido el siku se forma la figura del cerro representando también el manto de la Virgen.
A través de la música y el caminar, los peregrinos sacralizan el paisaje recorriendo ritualmente el camino que los lleva al lugar sagrado: el santuario.
Dentro de este contexto religioso, las bandas de sikuris en su relación con la Virgen y el cerro, representan un aspecto significativo en su carácter de “custodios” de la Virgen en la peregrinación.
El lunes santo desde tempranas horas del día hasta entrada la noche, las bandas que la acompañarán se congregan en el atrio de la iglesia esperando recibir la bendición.
La fe se ve reflejada conmoviendo hasta lo más íntimo cuando ingresan de rodillas y se retiran sin dar la espalda al altar, soplando sus instrumentos de viento y tocando tambores. Los une el deseo ferviente de “cumplir” con su “Mamita del Cerro” y tener las fuerzas para llegar.
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