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domingo,
19 de
agosto de
2007 |
Juan José Sebreli paseó su impronta provocadora por la Feria del Libro
Javier Felcaro / La Capital
El escritor Juan José Sebreli pasó ayer por por la IX Feria del Libro Rosario 2007. Lo hizo para presentar la cuarta reedición de su primera obra “Martínez Estrada: una rebelión inútil”, marco del que se valió, con impronta de provocador vocacional, para fustigar a los intelectuales argentinos.
Desde el escenario del pabellón 3 del Patio de la Madera, el ensayista al que se le atribuye vender más libros en la Argentina explicó el objeto de su elección, Ezequiel Martínez Estrada (1895-1964), el autor de “Muerte y transfiguración de Martín Fierro” y “Radiografía de la pampa”, al que retrató como solitario, romántico y profeta, pero también defenestró.
“Martínez Estrada es en la actualidad un escritor olvidado. Era un top, se lo consideraba el (Domingo Faustino) Sarmiento del Siglo XX, aunque tras su muerte entró en un cono de sombra”, introdujo Sebreli.
Luego explicó las controvertidas razones de escribir un libro en contra de un autor: “Fue un ídolo de mi juventud, que duró poco tiempo. Mis lecturas filosóficas me llevaron a otro lado”. Y advirtió que, si bien “hay como un revival de Martínez Estrada por parte de sectores como el populismo universitario, que lo reivindica desde una óptica tercermundista, él podía ser tomado por la derecha y la izquierda”.
“La izquierda es la confundida. La base de Martínez Estrada era el denominado pesimismo cultural, con gran difusión en Alemania, caldo de cultivo del nacionalsocialismo”, prosiguió Sebreli, en clave mordaz.
Las sucesivas ediciones del libro (data de1960) fueron alteradas por el cambio de perspectiva y el transcurrir del tiempo, pero el escritor y su obra son perennes.
La última ofrece un nuevo prólogo donde el sociólogo —informativo y sintético— apuesta a ubicarla “en el flamante contexto histórico del país y personal”. Por eso agrega: “Es una autobiografía en la que me doy el lujo de criticar a Martínez Estrada porque, a su vez, también me cuestiono a mí mismo”.
“El que no cambia, no piensa”, sentenció Sebreli, quien viene de la izquierda pero respalda posiciones liberales, como las de Ricardo López Murphy (Recrear), salto político que conmocionó a los intelectuales vernáculos y que, en su momento, condensó en una frase (“En el país no hay partidos normales”).
Es que, para el pensador, la Argentina “es tan conformista, incluidos sus intelectuales, que la crítica termina siendo escandalosa”. l
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