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domingo,
19 de
agosto de
2007 |
"Un cambio del ideal masculino"
“¿Es que ya no existen los hombres?”, se escandaliza un señor al enterarse de que los jóvenes de hoy se depilan, usan cremas y se planchan el pelo. El psicoanalista Jorge Besso se ríe ante la pregunta y explica que “esto no es una novedad y sólo tiene que ver con un cambio del ideal masculino”.
Según Besso, “ya en el siglo XIX Sigmund Freud lanzó la idea de que la histeria también es masculina y esto causó un escandalo en Viena. Lo cierto es que la seducción, uno de los componentes de la conducta histerizante, es usada por el hombre y cada vez más, pero con otros significantes: ahora el modelo masculino no es el bohemio y oscuro de Humphrey Bogart. Antes si el hombre no fumaba, no seducía; eso ahora cambió. Más que a un ideal de vida existencial, el ideal apela hoy a lo saludable, la inmortalidad, a seres perfectos que, pareciera, nunca van a morir”.
Sólo por citar dos de las preocupaciones físicas más latentes en el varón de hoy, Besso hizo referencia a los panzones y pelados. “En otras décadas, ¿quién iba a decir que un calvo como Yul Brinner o un abdomen prominente como el de Orson Welles eran pocos viriles? Pero hoy calvicie y panza no tienen buena prensa, el hombre debe correr, tomar yogurt y agua, no fumar y hacer deporte, en lo posible. Yo no creo que haya que descuidarse físicamente, pero como ideal de vida lo veo pobre. La sociedad es más exhibicionista en general y el varón ha perdido el pudor para ciertas cosas, lo que no es bueno, porque el pudor defiende de la locura. Es un límite, si falla el pudor entre los resortes defensivos se está en problemas”, sintetizó.
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