Yo creo

“Patinando gana en base de destrezas”

Pedro Squillaci / Escenario

¿Qué mira la gente cuando ve “Patinando por un sueño”? La pregunta dispara varias respuestas posibles y disímiles. Va de la admiración de los cuerpos exuberantes de mujeres como Marixa Balli, Jessica Cirio, Fernanda Vives, Claudia Albertario y Ximena Capristo, al humor de Anita Martínez y Gladys Florimonti, y, por qué no, hasta el juego del jurado que califica con peleítas incluidas, siempre poco creíbles. Pero hay un elemento que supera a todo. Detrás de cada sueño, cuya causa humanitaria cada vez cotiza más en baja en cuanto a la llegada al gran público, la gente se sorprende con las destrezas de los soñadores, que son patinadores profesionales que conocen a la perfección esa disciplina. Pero más aún llaman la atención las figuras y coreografías que realizan las famosas, o casi famosas, que se llenaron de moretones durante meses para llegar a mostrar un baile de tres minutos en televisión. Eso le llega a la gente. Lo comentan por la calle, se codean en el living, lo ratifica también el rating, una vez más. Otro atractivo está en la posibilidad del accidente. Así como en las carreras de Fórmula 1 emiten repetidamente cuando la Ferrari da una vuelta por el aire, aquí siempre se siente que el que menos sabe patinar más posibilidades tiene de golpearse. Y los accidentes venden, qué duda cabe. Muchos no saben exactamente cuánto cuesta un kilo de pan, pero del porrazo de Wanda Nara en “ShowMatch” se enteraron todos. Es un cocktail de atracciones que, sumadas, reúnen más porotos en la canasta que los 18 aspirantes a estrellas en la casa más famosa del mundo, y en el canal de enfrente. Unos bailan, otros se encierran. Unos muestran una danza artística, otros exponen lo peor de su interior. Depende qué pinte más atractivo y menos reiterativo para que los televidentes se inclinen por un canal u otro. Hoy las miradas están puestas en el patinaje sobre hielo. Los motivos están a la vista.