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sábado,
18 de
agosto de
2007 |
The Coral se puso nostálgico y retrata sonidos de los 60 y 70
El recuerdo de la música de los 60 y 70 está de moda y The Coral lo refleja en su nuevo lanzamiento llamado “Roots & Echoes”. Sin ser un rock fuerte y aguerrido, la banda británica recupera sonidos típicos de órgano, batería y guitarra de hace más de treinta años. The Coral sigue en la línea ascendente y de éxito de su anterior trabajo de hace dos años, “The Invisible Invasion”, y en once temas retrata sus actuales preocupaciones.
Los integrantes de la banda comentaron que, tras la gira de su álbum “The Invisible Invasion” y el abandono de Bill Ryder-Jones, quedaron prácticamente quebrados financieramente a pesar de que con este trabajo habían conseguido su single de mayor éxito en las listas (“In the Morning”) y apenas podían pagar el estudio donde grababan junto a Ian Broudie algunos de sus nuevos temas. Sin embargo, Noel Gallagher, fan, compañero de gira y amigo de la banda, les ofreció gratuitamente su estudio de Wheeler End para grabar el nuevo disco.
Así fue que se instalaron con tranquilidad en el estudio junto al productor Craig Silvey para dar forma a su nuevo trabajo, que suena más Bacharach que Beefheart. “Ya no tenemos veinte años, y nos hemos hecho mejor compositores”, dijo su líder James Skelly.
The Coral es también un grupo que supo ganarse una notable reputación a nivel internacional gracias a sus cuatro discos editados hasta la fecha. El primer single del álbum, “Who’s Gonna Find Me”, cuenta con toda la frescura habitual de este sexteto de buenos vecinos que un buen día decidieron juntarse para hacer música.
La misma “Who’ Gonna Find Me” y “Remember Me” inician el disco con una música de vieja fiesta y ponen de manifiesto que The Coral vive en ese ambiente nostálgico. Manteniendo el mismo clima del pasado, establecen tres canciones tranquilas y de amor, “Put The Sun Back”, “Jackeline” y “Fireflies”. Este último tema vuelve a la época de The Doors pero con rasgos psicodélicos y, a pesar de sus cuatro minutos de duración, la primera escucha incita a una segunda.
El álbum continúa con “In The Rain” y un punteo extraordinario que se hace familiar. A continuación el contrapunto, “No So Lonely”, que es la canción más lenta y hace que los dos extremos se unan en la mitad del disco.
El final del CD permanece en una línea similar en cuanto al tempo, excepto el último, “Music At Night”, en donde la rápida batería despunta como otro brote de originalidad dentro de un magnífico trabajo.
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