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sábado,
18 de
agosto de
2007 |
Plan de acción universitario
A la hora de destacar los ejes que guiarán las acciones de su gestión, el ex decano de Humanidades señala que podrían resumirse en cuatro áreas bien específicas, que permitirán que la universidad “sea un vehículo para socializar y un intercambio de ideas de alto nivel académico”.
El primer punto que propone el rector es “convertir a la UNR en un nodo científico académico de calidad del Mercosur”. En este sentido, Darío Maiorana destaca que puesto que la universidad local está enclavada en un punto geográfico privilegiado, sobre todo como punto de tránsito, tiene “todo el potencial para convertirse en un nodo estratégico”.
Otra de las líneas de acción que propone es que la de Rosario se convierta en una “universidad ecológica, tanto al interior de sus prácticas como en la defensa del medio ambiente”. “Es un tema que está muy latente. Pero para realmente tener conciencia de lo que está pasando en el planeta _agrega el rector_ tenemos que tomar conciencia de nuestra cotidianeidad”. “Por ejemplo, cuando dejamos una luz encendida, o malgastamos energía, estamos privándosela a otros. Por eso tenemos que cumplir al interior de la Universidad, porque por ética no podemos predicar y dar buenos discursos y al interior tener prácticas que sean equivocadas”, sintetiza Maiorana.
Los derechos humanos y la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo de los docentes y estudiantes son otros de los temas que destaca el ex decano para su gestión. Sobre el segundo, advierte que deben “horizontalizarse prácticas que hoy son burocráticas y asimétricas”.
Asimismo, plantea que la idea de democratización debe ir acompañada por un comportamiento “democrático de alumnos y docentes”. “No sólo teniendo un programa de voluntariado en donde cada alumno cumpla con una tarea social al mismo tiempo que le puede servir de práctica preprofesional. Pero de nada sirve que nuestros estudiantes sean voluntarios y vayan a zonas marginales, cuando después vuelven al aula, rinden y no cambian nada, o no cambian ellos como futuros profesionales”, explica el rector.
Pero además de estos ejes, apunta que se encuentra en carpeta la propuesta, que será presentada ante los municipios y provincias de la región, de declarar a las universidades como consultoras privilegiadas del Estado.
“Me gustaría dejar este puesto con la idea de haber creado espacios y haber facilitado en la construcción de redes y lazos con la comunidad. Me voy a sentir muy satisfecho y orgulloso si cuando deje de ser rector vieran en el futuro que tanto los que me votaron como los que no, pudieron trabajar, interactuar y sintieron que tenían un rector que los representaba”, puntualiza.
Botín de guerra
El proceso de elección de autoridades en la UNR, con suspensión de asambleas y acefalía incluida, estuvo atravesado por internas y pujas partidarias que en gran medida opacaron el debate acerca de las propuestas de los candidatos al rectorado.
—¿Cómo se puede sostener una relación con los partidos políticos?
—La universidad está conformada por ciudadanos los cuales legítimamente adhieren o no a un partido político, porque no está alejada de lo que puede ser un club, una institución religiosa o aún una militar. La relación partido político, ideología y universidad es sana. El problema es cuando ciertas lógicas de construcción partidaria se trasladan a esta institución. Nosotros no afiliamos gente a ningún partido, por lo tanto pensamos que la universidad, como institución, no debe ser el botín de guerra de nadie.
—¿Y lo terminó siendo?
—Yo creo que no, justamente porque no es nuestra lógica ni lo que hemos hecho primar en todo este proceso.
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