Año CXXXVII Nº 49527
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
Ovación
Policiales
La Región
Cartas de lectores



suplementos
Economía
Escenario
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 01/07
Mujer 01/07
Economía 01/07
Señales 01/07
Educación 30/06
Salud 27/06
Página Solidaria 27/06
Estilo 16/06

contacto

servicios
Institucional



 domingo, 08 de julio de 2007  
“En nuestra casa, el que más plancha es mi marido”

Parece que armar grillas para distribuir democráticamente las tareas del hogar es más común de lo que se suele creer, sobre todo si los dos padres trabajan y los hijos ya son mayores. Ese es el caso familiar de la secretaria general de Amsafé, Sonia Alesso, casada y madre de dos hijos de 20 y 23 años. En su casa, todo se divide por turnos claramente fijados. Sin embargo, hay una tarea emblemática del yugo femenino que recae especialmente sobre Roberto, su marido: “Si sale publicado me mata, pero la verdad, el que más plancha es él”.

   Alesso, también secretaria de género de la Central de Trabajadores Argentinos en Santa Fe, afirma que sus funciones sindicales le llevan no menos de 13 horas diarias, de 8 a 21, mientras que a su esposo el empleo le insume entre 8 y 9.

   Quizás por eso, y porque carecen de servicio doméstico, “todos hacen todo” lo que tiene que ver con el hogar. Lavar los platos y la ropa sin preguntar de quién es, ordenar y limpiar la casa. “Cada uno tiene una tarea: las dividimos y armamos turnos en una grilla”, cuenta.

   Lo cierto es que ese método ya viene de lejos. Cuando era chica, y su propia mamá trabajaba como docente, en su casa ya se respetaba un organigrama de tareas domésticas.

   Pero a Roberto le toca un plus. No sólo es el que más compras hace (ella lo releva sólo por necesidad, y en ese caso a través de internet), sino también “el que más plancha”. Ella lo cuenta al borde del arrepentimiento por hacerlo público y con miedo de que luego, ante cargadas machistas, el la quiera matar.

   En cuanto a cuidar a los hijos y llevarlos al médico (esto en pasado, porque ya son mayores) también primó siempre la división de tareas. “A la escuela iba más yo, a las reuniones de padres ambos, y a los partidos él”, recuerda.

   En lo que hace a gastos todos opinan “activamente, tipo asamblea”, dice convencida de que lo que se declama en la vida pública debe practicarse en la privada.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
Las mujeres ganan espacios laborales pero igual siguen lavando los platos




  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados