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domingo,
10 de
junio de
2007 |
Cuba: Las puertas del Edén
Los viajeros que llegan a los cayos del Caribe quedan fascinados por la belleza de sus extensas playas y el color del agua
Don Diego Velázquez no imaginó que había estado a las puertas del paraíso cuando en 1514 decidió bautizar con el nombre de Jardines del Rey el rosario de cayos e islotes que orlan a Cuba, hacia el norte y centro de la isla. El conquistador español quiso rendirle homenaje a Fernando el Católico, pues Cristóbal Colón, en su segundo viaje a Cuba, ya había nombrado Jardines de la Reina, en alusión a su majestad Isabel de Castilla, a los cayos del sur.
Con el nombre de Sabana-Camagüey, la geografía cubana reconoce también a este archipiélago que recorre el litoral norte sobre una extensión de 465 kilómetros, paralelo a las provincias de Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritu, Ciego de Avila y Camagüey.
Un rompecabezas verde azul, 2.517 cayos e islotes, integran esa entidad geográfica que, según los expertos en la materia, concentra el 60 por ciento de las ínsulas que conforman el gran archipiélago cubano. Entre éstos están los cayos Romano, con 777 kilómetros cuadrados, y Coco, con 370, los dos mayores del conjunto.
Allí habitan más de 700 especies de la flora terrestre, de las cuales 126 son endémicas; 958 pertenecen a la fauna de tierra y otras 900 corresponden a peces. Hay 450 kilómetros de arrecifes frontales que conforman la segunda barrera coralina más grande del mundo; la primera es la gran barrera australiana. Casi cinco siglos después, Jardines del Rey se mantiene como el reino mito de la naturaleza.
Cayo Azul
En sus aguas, con toda la gama de los azules, pescó a bordo del “Pilar” Ernest Hemingway, premio Nobel de Literatura, y buscó, entre el laberinto de cayos, submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Su geografía está conformada por una llanura caliza y en el litoral no sólo hay playas, sino también acantilados, esteros, lagunas y manglares. Tales características, junto al despoblamiento, le hizo sitio ideal para corsarios y piratas; también, fuente de tesoros escondidos y naufragios de buques cargados con grandes riquezas hacia la corona española.
Sorprendente belleza
Situado a la vera noroeste de su vecino Cayo Coco, Guillermo se prolonga en13 kilómetros cuadrados, de los cuales cinco conforman playas evocadoras de todo origen y de limpieza impecable. Al alcance de pocas brazadas, podrá admirarse las barreras coralinas y los hermosos paisajes submarinos de este esplendente cayo en desarrollo. Y si de fauna se trata, Guillermo regala a los ojos del visitante aves acuáticas y de tierra como los flamencos, las gaviotas y los pelícanos.
Desde Jardines del Rey se puede acceder a cualquier otro punto de la geografía cubana mediante las facilidades que se ofertan para recorrer de un extremo a otro la isla bajo cualquier opcional, como también al circuito del Caribe. Apenas Coco y Guillermo son la puerta del paraíso, la cara de un promisorio futuro en Jardines del Rey.
En esta porción de Cuba, en Cayo Santa María, es posible hacer realidad el pasaje bíblico de caminar sobre las aguas: el mar semeja un espejo de tenue azul, sobre el que se erige una carretera de poco más de 48 kilómetros con más de dos mil metros de puentes. Nace esta carretera en la pequeña urbe de pescadores de Caibarién, al norte-centro de la isla de Cuba, en la provincia de Villa Clara, y llega, por ahora, hasta Cayo Santa María, la más novel propuesta de Jardines del Rey.
Hasta hace unos pocos años, la cayería norte de Villa Clara era una realidad tangible solamente para algunos pescadores y naturalistas, un tesoro ecológico reservado para que la especie humana tuviera la vivencia de lo que una vez fue el mundo.
De paso por las ínsulas se advierten playas íntimas, arenas inmaculadas bajo tapices de plantas de enredadera. Sorprenden los acantilados con las más atrevidas formas y las aguas cristalinas de pequeñas ensenadas donde se pueden observar, a simple vista, fondos de la fascinante realidad marina.
Quedan detrás Cayo Las Brujas y Santa María, el último de los tres cayos que enlaza la moderna vía. Llegar hasta allí significa descubrir en sus 13 kilómetros de largo, una espectacular playa de poco más de 11 kilómetros de extensión que deslumbra a los viajeros.
Cayo Largo
Como pasaje bíblico sobre la creación del mundo, Cayo Largo refleja que en un principio todo fue así.
Ante una belleza insuperable en su entorno natural. Joya del archipiélago de Los Canarreos, esta isla de singulares atractivos es considerada una de las mejores para la práctica del buceo y las diversas actividades náuticas por sus playas vírgenes, protegidas por hermosos arrecifes coralinos en aguas poco profundas, donde habitan gorgonias, peces multicolores y una variada flora.
El archipiélago está situado en el mar Caribe, en el extremo oriental del archipiélago de Los Canarreos. Dista135 kilómetros de Nueva Gerona (Isla de la Juventud), 125 kilómetros de Cienfuegos, 177 kilómetros de la ciudad de La Habana y 177 kilómetros de Varadero.
Diversas opciones
Muchas son las opciones que usted encontrará en cada uno de estos sitios donde todo está previsto desde el descanso, la práctica de todo tipo de deportes, entre ellos los náuticos y aéreos, excursiones a principales sitios de interés en toda la isla.
Todas estas posibilidades están rodeadas de una impresionante, confortable y moderna infraestructura hotelera. Asi como de otras múltiples facilidades insertadas en un espectacular entorno natural de extrema belleza que cautiva a los turistas de todas las edades, bajo el concepto de armonizar con el medio y proteger los ecosistemas.
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