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sábado,
19 de
mayo de
2007 |
Decoración: sana influencia
La tendencia actual de arquitectos, diseñadores y un gran número de los profesionales relacionados con la salud es clara. Están convencidos de que una correcta elección de los colores -bien lejos de los tonos grisáceos- logra que la internación sea más agradable y positiva. Este fenómeno se repite en las instituciones que alojan desde recién nacidos a ancianos.
Las personas responden favorablemente al uso del color y la luz. Ese es un axioma ya impuesto que nadie duda. Por eso, los profesionales usan ese recurso para lograr que los internados se sientan relajados y a gusto.
Actualmente se vislumbran señales positivas en ese aspecto. Los responsables de las áreas de salud se están animando a acercarse a colores más jugados, guiados por una profunda investigación que demostró que los pacientes en espacios cuidadosamente diseñados logran mayor satisfacción en sus estadías y tienen mayor tendencia a elegir el mismo establecimiento en el futuro.
Los colores también pueden colaborar y transformarse en buscador de caminos. Por ejemplo, los establecimientos pueden diferenciar sus áreas, de manera que hasta los pacientes con disfunciones cognitivas pueden encontrar fácilmente el lugar donde están ubicadas sus habitaciones luego de recibir visitas en las áreas comunes.
Los últimos estudios en el tema apuntan que los colores vivos y profundos pueden distraer y deleitar a los pacientes pediátricos, pero, en cambio, pueden ser discordantes para personas con demencia, particularmente si se utilizan en el piso, donde las transiciones de colores muy marcadas pueden hacer que sientan que están caminando sobre un abismo.
Más allá de las respuestas en los pacientes, se corroboró que influye en el personal de las instituciones y su realidad clínica, ya que se verifica que ofrece facilidad de mantenimiento y esterilización. Los investigadores coinciden que influyen desde el tamaño de la habitación hasta el tipo de ventana y el color.
Paleta energizante
Un caso práctico de este planteo es comprobable en el Centro de Terapia Física en Oakland, California, EEUU (fotos). Al momento de proyectarlo se buscó un espacio que sea menos amenazante y más alentador en el proceso de recuperación física. Y el color fue una forma de crear un lugar animado que refleje esa actitud.
Para ello se empleó un diseño modernista basado en la película "Buscando a Nemo", que cubrió una gran superficie con tonos de piedras preciosas. Se utilizaron casi 20 colores en total. Se ingresa por un cuadrado gris exterior y luego los pacientes son recibidos por una entrada de color rojo profundo. De allí en más no encuentran colores apagados a medida que se mueven para hacer sus ejercicios.
Los colores delinean los espacios de terapia física y terapia acuática, y también marcan límites para los pacientes que tienen un trabajo de recuperación más intenso.
El área de la piscina no tiene ventanas y es brillante, con colores frescos. Tiene terminaciones epoxy para resistir la humedad. Las puertas que cambian de área están pintadas de colores alegres y contrastantes. Y la zona de Pilates está inundada de amarillo.
El objetivo de este centro de salud fue llevar un poco de diversión a las experiencias terapéuticas de los pacientes. Y los colores fueron elegidos con el propósito de crear un estado de energía y optimismo. Son fuertes y saturados. Energizan más que tranquilizan, sin ser exagerados. Esa parece ser la fórmula para cambiar el ánimo de las personas alojadas en instituciones sanitarias.
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