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sábado,
19 de
mayo de
2007 |
Aborto y
excomunión (IV)
Algunas personas se han sentido tocadas por la carta que publicara monseñor José Bonet Alcón. Creo que debo aclarar a todos los no católicos que no es a ellos a quien va dirigida, sino a toda la grey católica o a quien diga pertenecer a la Iglesia. Monseñor sólo transcribió lo que dice la doctrina de la Iglesia respecto al tema y es para agradecérselo, ya que muchos que se consideran católicos no saben las consecuencias gravísimas que implica cometer un crimen tan aberrante, espantoso y cobarde, como asesinar a un ser indefenso que late en las entrañas de su madre. Este tipo de acciones no sólo deberían encuadrarse en el aspecto religioso. En mi humilde opinión creo que es una cuestión de la más elemental, básica y lógica humanidad. Como católica, me tomo el atrevimiento de explicarle a quien se sienta tocado que no deberían preocuparse tanto por todo lo que emana de nuestra Iglesia. Así como a mí, en lo personal, no me afectan lo que digan los pastores evangélicos, los lamas, los rabinos, etcétera _y dejando aclarado que respeto a todas las religiones_ les ruego que dejen de sentirse lastimados por una manera de vivir que no comparten. Cada uno es artífice de su propio destino, Dios nos dio libre albedrío.
María Eugenia Goicoechea y Villar
DNI 92.686.082
[email protected]
N de la R: La carta de monseñor Bonet Alcón hizo referencia a la reciente aprobación en la ciudad de México de una ley de aborto. El sacerdote recordó que la Iglesia sostiene, junto a todos los científicos serios del mundo, que el ser humano comienza desde el primer instante de la concepción y que destruir esa vida es un crimen abominable.
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