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sábado,
19 de
mayo de
2007 |
El trámite
del arbolito
Quiero hacer partícipes a los rosarinos acerca de lo que tuve que pasar para poder renovar la habilitación de una pequeña industria que mi familia logró con esfuerzo levantar. Me dirigí al distrito municipal de mi zona para realizar el trámite. Al llegar a la oficina de habilitaciones, convencida de que era sólo una formalidad más, un empleado me atendió y en unos minutos me ametralló con una serie de trámites que tenía que hacer en distintos lugares y que ninguno se podía concretar en ese centro municipal. Uno de ellos era el informe de la oficina de Control Ambiental. La persona que me atendió me dijo que me iban a dar un turno para hacer una inspección en mi local. Me entregaron un disquete que contenía formularios que después de imprimir y completarlos debía entregar en esa repartición. Días después se presentó en el negocio un gestor ofreciéndome la tramitación de la habilitación, asegurándome que podría en unos pocos días realizarla. Como era muy elevada la tarifa que solicitaba le dijimos que no. Llené los formularios y regresé a la oficina; entregué todo lo que me habían pedido y solicité turno. Me dijeron que en unos días lo iban a derivar a un inspector. Al pasar más de una semana y como ningún empleado me visitó, concurrí de nuevo a Control Ambiental. Me encontré con la sorpresa de que la directora no había designado al inspector y los empleados me dijeron que en unos días pasarían por el negocio. Pasaron unos diez días de espera y como el inspector no llegaba regresé al centro municipal para preguntar qué pasaba. Entonces, me dieron el nombre del inspector y me informaron que en unos días pasaría por mi propiedad. Como esto no ocurrió, intenté hablar por teléfono con la directora del centro pero las respuestas siempre fueron las mismas: “Está ocupada o no está en la oficina”. El inspector pasó por el negocio casi al mes y medio del comienzo del trámite de renovación. Me comunicó que el informe final estaría en una semana porque primero debía firmarlo la directora y después pasaba a Control Ambiental para que lo firmara un ingeniero. Al cumplirse dos meses me entregaron el informe. Voy al centro municipal y me encontré con que los sellados se vencieron por el tiempo transcurrido: tuve que abonar de nuevo. Cuando estoy en la cola para terminar el trámite me pongo a charlar con unas señoras que se dedicaban a gestionar habilitaciones y otros trámites. Les comento mi odisea y me responden que si hubiera entregado el trámite a una gestora que es amiga de la secretaria de la directora, en una semana lo hubiera tenido. ¿Por qué los ciudadanos que trabajamos tenemos que andar de una oficina a otra pidiendo ser atendidos?
Juana A. M. Gracía
Ainasse de Montiel
DNI 11.245.825
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