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 miércoles, 16 de mayo de 2007  
Una vida más sana mejora los trastornos del sueño
Hay posiciones encontradas respecto del uso de medicamentos y de los hábitos a seguir

Clarisa Ercolano / La Capital

“Los medicamentos deben ser el último recurso a la hora de atender los problemas de sueño”, dice sin vueltas la creadora de la Fundación Club del Sueño, la doctora Margarita Blanco. Si se tiene en cuenta que el 60 por ciento de la población argentina tiene problemas con Morfeo, según la médica, “primero es fundamental ubicar la causa que origina el trastorno para que el médico pueda ordenar los hábitos de vida o dar indicaciones que mejoren la calidad del sueño”.

El Club del Sueño comenzó a funcionar hace 12 años, en Capital Federal, entre los pacientes de la sala de espera del consultorio de la neuróloga porteña. “Desde entonces, con entrada libre, orientamos y ayudamos a resolver los diversos problemas que la gente tiene con su sueño, sean insomnio, ronquido o pesadillas”, recuerda.

Más allá de lo tedioso que puede resultar dar vueltas y vueltas en la cama sin poder pegar un ojo, dormir poco o mal acarrea trastornos en la memoria, la atención, el rendimiento intelectual, el estado de ánimo y en la capacidad para desempeñar adecuadamente todas las actividades. La torpeza y lentitud en los movimientos en algunos casos es marcada. Los roncadores, sobre todo los que sufren apneas, pueden padecer en el mediano plazo hipertensión y trastornos vasculares, cardíacos o cerebrales.

Todos los que sufren trastornos pueden presentar somnolencia excesiva durante el día, lo que los coloca en una situación de alto riesgo en relación a los accidentes de tránsito. “Según publicaciones del hemisferio norte, entre el 30 y 40 por ciento de los accidentes de tránsito están relacionados con la somnolencia de los conductores”, advierte Blanco.

La incorporación de hábitos sencillos a la vida cotidiana pueden reportar grandes mejorías (ver recuadro). Entre otras, las recetas caseras, por ejemplo la leche tibia con avena, el té de manzanilla o tilo, pueden ser de ayuda en casos iniciales o de poco tiempo de evolución.

Rutina de horarios.  ¿Pero cuáles son los factores que predisponen al insomnio? El primer lugar se lo llevan las situaciones que perturban el ritmo de vigilia y sueño, como una enfermedad dolorosa o emociones intensas, tales como la pérdida de un ser querido, problemas económicos y las mudanzas. También hacen su aporte negativo los malos hábitos de alimentación y la falta de una rutina de horarios para dormir.

“Con pocas diferencias relacionadas con el género, tanto hombres como mujeres padecen igualmente las consecuencias”, precisa Blanco a La Capital, antes de agregar que en la mujer las modificaciones hormonales pueden agravar el problema.

Un dato significativo es el incremento de consultas de padres preocupados por sus hijos de corta edad, relacionada con una dificultad en el inicio del sueño, “presuntamente asociada a una mayor actividad diurna, generadora de excitación”.

El doctor Claudio Aldáz dirige en el Sanatorio Británico de Rosario un área de tratamientos de patologías del sueño. Si bien desde el Club del Sueño reconocen su tarea, el profesional rosarino difiere con la entidad en algunos aspectos. El no acepta que si alguien no logra dormirse, se quede en la cama. “Es preferible durante 15 minutos leer un libro y después volver a intentarlo”, dice a este diario. Y agrega que no hay que preocuparse si el médico recomienda medicamentos. “En las dosis justas y con sedantes leves”.

Suele pensarse que los trastornos del sueño están relacionados con su carencia, pero también otros como el hipersomnio, acarrean dificultades. “Hay gente que siempre se queda dormida”, dice el médico y agrega a la lista el sonambulismo y la somniloquia (hablar mientras se duerme). “El sueño es como el apetito, cada persona necesita distintas cantidades para estar saludables”, agrega.

Las famosas 8 horas de sueño son, según Aldáz, un dato estadístico y para el, vale más la calidad que la cantidad. “Si una persona duerme seis horas y durante el día tiene una vigilia plena, está bien”, según el médico, la gente de mediana edad y en plena actividad no duerme la cantidad de horas necesarias, por eso debe procurar tener un buen dormir y priorizar lo que el especialista llama, “higiene del sueño” (comer liviano, no tomar bebidas estimulantes después de las 17, mantener un ritmo de horarios para acostarse y para levantarse).

Respecto del sonambulismo o la somniloquia, de la primera recomienda a los familiares que “deben regresarlo a la cama lo más rápido posible”, mientras que en cuanto a la segunda, dice: “No ocasiona problemas, excepto si la persona realiza alguna confesión inadecuada entre sueños”.


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