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miércoles,
16 de
mayo de
2007 |
Visitas sospechosas
Eduardo Julio Godoy pensaba que el robo sufrido en su negocio y en el de su vecina durante la madrugada del domingo podía llegar a suceder. "Uno no puede andar acusando a nadie, esto no son más que conjeturas. Pero resulta que en los últimos meses recibimos algunas visitas inusuales. Por ahí viene alguien, pregunta por un anillo y cuando se lo mostras, descubris que el tipo está mirando el resto del local menos el anillo. Si usted viene a comprar anteojos, ¿para qué me va a mirar los zapatos mientras le estoy mostrando los lentes?", se preguntó el hombre.
En tanto, su vecina Delia prefirió no entrar en conjeturas: "Acá entran unas veinte personas por día a preguntar cosas y se van sin comprar. Y la verdad es que no se puede desconfiar de todo el mundo".
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