Un puesto con amplias atribuciones

París. - En el contexto europeo, el presidente de Francia goza de poderes inusualmente amplios. Esos poderes están legitimados por la Constitución de la V República, fundada en 1958 por Charles de Gaulle, y por la elección popular.

El jefe del Ejecutivo francés no es el primer ministro, sino el presidente, elegido para un mandato de cinco años. El presidente encabeza las reuniones del gabinete y de esta manera también decide sobre los asuntos de gobierno diarios.

También tiene la libertad de designar al primer ministro, pero una mayoría opositora en el Parlamento puede forzar la caída del gobierno. Por otro lado, el jefe de Estado puede disolver en cualquier momento un Parlamento que no sea de su agrado y puede convocar referendos para que el pueblo decida sobre proyectos de ley.

Tradicionalmente, la política exterior y de seguridad es competencia del presidente. En su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente también decide sobre el eventual uso de armas nucleares.

Las competencias del presidente en materia de política interior se ven limitadas cuando la oposición y el jefe de gobierno cuentan con la mayoría en la Asamblea Nacional (Parlamento). La última vez que hubo tal "cohabitación" fue entre 1997 y 2002, con el conservador Jacques Chirac y el primer ministro socialista Lionel Jospin.


Solemne
El cambio de presidente en el Palacio del Elíseo su lugar de residencia está marcado por un estricto reglamento republicano con salvas condecoración y un desfile de la guardia nacional Chirac recibirá hoy a su sucesor en las escaleras del palacio y ambos mantendrán una conversación estrictamente privada en la que Sarkozy recibirá informaciones secretas sobre cuestiones cruciales como por ejemplo el código para activar las armas atómicas francesas